LOS GUIAS MATRICULADOS, LA EDAD MEDIA Y LA DESREGULACIÓN
"Ministro, al dar ejemplos de la desregulación en turismo, cite otros casos en lugar de Airbnb y GuruWalk, ya que son modelos de negocio que han causado competencia desleal y son repudiadas por hoteleros y guías de turismo profesionales”, advirtió el asesor antes de la ceremonia de Hotelga. Y el ministro respondió: “Son casos de innovación en el modelo del negocio y contribuyen con el desarrollo de las comunidades receptoras”. El asesor agregó: “Sí, pero hablar en contra de la matriculación es meterse con las disposiciones provinciales; además Airbnb ha contribuido con la turismofobia en muchos destinos ”. “Con más razón, -remató el ministro-, si son normas provinciales cada jurisdicción hará lo que crea conveniente, de manera que lo que yo diga será una orientación, no una orden. En cuanto a los destinos, en Argentina necesitamos turismofilia, con cientos de destinos ávidos de lograr más volumen. Donde haya turismofobia se podrán aplicar regulaciones locales”.
Luego de las declaraciones de Federico Sturzenegger ayer en Hotelga y la reacción del Condet acompañada por algunos colegios y asociaciones de profesionales y estudiantes de turismo, se me ocurrió que ése hubiera sido el diálogo, si es que el ministro se hace asesorar o habla con alguien de los temas inherentes al turismo. No es la primera vez que las matriculaciones son acusadas de medievales, también lo he escuchado sobre los abogados. "Los guías matriculados atrasan mil años", dijo el Ministro.
No puedo más que adherir a algunos de los conceptos vertidos en la nota del Condet, especialmente el que defiende el valor de la profesionalización. Y al ver que los colegios acompañan, se despierta en mi cierta ilusión de que logren algún protagonismo, cada uno en su provincia, como sucede en Misiones donde los colegas siguen dando caña. Del resto, he escuchado y visto muy poco. Lo último que recuerdo es previo a la pandemia, cuando fracasó el intento de crear una Federación de Colegios, porque querían poner también a las asociaciones y la IGJ rechazó la solicitud, trámite que venía de años y que hizo perder un precioso tiempo. O cuando fue la crisis de la pandemia, donde los que se organizaron fueron los guías de manera espontánea, con Elizabeth Bocca, AGUIP Carlos Paz, como principal impulsora de conseguir una ayuda para los guías de turismo que la estaban pasando pésimo, y cuando muchos nos preguntábamos, dónde estaban los colegios. En ese momento por mi función formaba parte del Consejo Federal de Turismo; nunca recibimos ninguna comunicación, en cuatro años, de ningún colegio o asociación o federación de profesionales en turismo. Tampoco de universidades, pidiendo por sus egresados.
Ahora bien, que se afirme con tanta contundencia que las regulaciones son garantía de orden y justicia me lleva a recordar que las leyes más severas y protectoras no evitaron estafa tras estafa, incumplimientos, desprotección de los guías ante la patronal y otros desmanes producto de leyes no actualizadas, convertidas en letra muerta, consecuencia de ausencia de controles, salvándose, claro, aquellos artículos que sirvieran para alambrar el campo y pusieran cada vez más obstáculos de ingreso al negocio, haciendo más fácil aún la caza en el zoológico. Una de esas leyes, lo sabemos muy bien, dio lugar a que los licenciados y técnicos en turismo graduados de altas casas de estudio que quisiéramos desempeñarnos como idóneos de agencia, tuviéramos que tributar desde 1992, sí, 1992, a una asociación gremial empresaria a la que el gobierno de Menem le había delegado un Registro Público. Sí, parecido a los Registros Automotor. Y como si esto fuera poco, tal registro, luego del decreto del Presidente Milei desregulando la actividad, fue transferido con todos sus datos por las nuevas autoridades libertarias, a la misma entidad gremial empresaria, junto con el Registro de Agencias de Viajes. Por ahora la corporación empresaria sostiene que la inscripción no implica erogación, si a quien se le ocurre incursionar en el negocio quiere tener la cucarda, pero hay otros beneficios, como las capacitaciones de Incatur, que se sostienen con fondos gremiales y patronales de todos los trabajadores (no sólo los de las agencias registradas en ese nuevo remedo de registro nacional) a los que sólo se accede si se pertenece al universo de los registrados. O si una agencia no registrada con la Faevyt, tiene la loca pretensión de participar de una misión promocional internacional (en las que por lo general el Estado contribuye con fondos), no podrá hacerlo, según lo anunciado por la Cámara Argentina de Turismo -CAT- de la cual esa Federación es miembro. Se me escapa lo de la justicia y la igualdad de oportunidades, además del manejo de fondos de los trabajadores y contribuyentes. Ojalá el Condet, los colegios, las asociaciones y la ANET puedan hacer algo al respecto o tengan algo para decir.
Ver a todos esos sellos en el pie de página del comunicado del Condet llena mi alma de esperanza, ya que deseo fervientemente que en el futuro sean convocadas todas esas instituciones y más (no están las que no integran el Condet, como la UNLPam, que tiene la carrera de turismo, dirigida por un profesor de geografía sin que el Condet diga ni mu), como think tank, para decidir sobre la política de Estado de formación en turismo, y que no suceda como en el 2013, cuando el Ministerio de Turismo de la Nación convocó, con el Portal EducAR, nada menos que a la Jornada Lineamientos para la mejora de la formación de recursos humanos en turismo, sin la participación de colegios ni asociaciones de profesionales en turismo. Estuvieron todas las universidades e institutos de turismo. El equipo de colaboradores estuvo encabezado por Juan Carlos Chervatín, Adriana Otero y Alejandro Gavric. Levanté la mano en el plenario presidido por el Ministro Meyer, en nombre del Foro de Profesionales en Turismo, para preguntar por ese olvido, en la más absoluta soledad y obviamente obtuve como respuesta. la nada misma.
Ver https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/6a_lineamientos_rrhh_turism.pdf
En nuestra recorrido por los pasillos y despachos del Ministerio de Educación, una y otra vez recibíamos como respuesta el laiguillo: turismo no es una carrera declarada de interés público.
A veces es demasiado tarde para lágrimas. Los que venimos desde los ’90 pidiendo
por la actualización de la normativa relativa a los agentes de viajes -sin
éxito-, por la organización de los profesionales ya sea en asociaciones o
colegios; los que hemos tenido la oportunidad providencial de influir en la
modernización de la legislación local -en mi caso, con el reconocimiento de los guías de sitio como categoría-, quienes llevamos años dando clases de manera
honoraria o rentada, recibiendo las cancelaciones -hablo por mi caso- de una
entidad como la Faevyt que muchas veces actúa como ministerio de turismo
paralelo extendiendo su brazo censor a la esfera pública, castigando a quienes
cuestionan lo del Registro de Idóneos, lo
sabemos.
En los años 1990 al 2000, periodistas, editores y trabajadores de imprentas advirtieron sobre la posible pérdida de empleos debido a la transición hacia plataformas en línea y la disminución de la circulación impresa, pero las empresas del sector no tomaron medidas proactivas para adaptarse a este cambio tecnológico o para reentrenar a sus empleados. Como resultado, muchos trabajadores quedaron desempleados, y algunas de las instituciones periodísticas más antiguas y respetadas cerraron o redujeron drásticamente su tamaño. Aunque la industria de los medios eventualmente se adaptó, el impacto en los trabajadores tradicionales fue profundo y duradero.
En los años 2000, el declive de la industria fotográfica analógica se
produjo y la empresa Kodak no dio crédito a las advertencias internas sobre la
necesidad de adaptarse a nuevas tecnologías, hasta que en 2012 se declaró en
bancarrota, perdiendo su trabajo miles de empleados.
Y ahora, el impacto de las aplicaciones, la IA y la automatización de servicios financieros
está cambiando drásticamente la escena, con muchos profesionales experimentando
una obsolescencia de sus habilidades.
En muy pocos países la profesión del guía de turismo está regulada. A veces no son regulaciones a nivel nacional sino que rigen en alguna provicia o municipio, como en España,
Los cambios son inexorables, pero la adaptación no implica resignación, todo lo contrario. Implica transformación. Las provincias pueden -y deben- asumir su competencia en la regulación de las profesiones y establecer requisitos mínimos que protejan a los trabajadores y a los turistas, sin llenar de burocracia y exigencias absurdas la normativa a aplicar. Las universidades y el Condet tienen más entidad que cualquier estudiante o profesional inmerso en sus fuegos diarios, como para ser atendidos en audiencia por el Ministro Sturzenegger o quien él designe para recibirlos. Universidades, ministros y secretarios de turismo de las provincias miembros del Consejo Federal de Turismo, presidentes de los colegios de profesionales en turismo creados por leyes provinciales, presidentes de asociaciones de profesionales -guías, técnicos, licenciados-, la escena les pertenece. Como miembros conspicuos de instituciones de peso, hagan que se escuche la voz de los graduados en cada provincia, que es donde se debe ejercer la competencia, y conduzcan esos procesos de innovación que están sucediendo. Viene a cuento que todos los años nos saludan por el día del profesional de turismo de Perú, desconociendo que hubo un proyecto del ley de una senadora que reflejó la fecha que eligieron los colegios y asociaciones del pais. Ni siquiera hemos podido instalar una fecha con una efeméride propia. Por suerte los guías, esos matriculados de la edad media, tienen la suya -la nuestra para los que además de licenciados y técnicos, somos guías- , que honra la memoria del Perito Moreno, un inmenso representante de la Generación del '80.
Lo estamos advirtiendo, la estamos viendo.
Comentarios
Me sigue emocionando leer a una mujer con tantos cojones (ya que has parafraseado alguna que otra expresión española), que no se calla ni se guarda nada.
Sí, me da un poco de tristeza, si cabe, pensar también que aquel mundo, al menos en Argentina, ni se merece este, tu tiempo, ya que seguirán cazando en el zoológico un puñado de pastores, que se abusarán, siempre, de la falta de criterio del rebaño.
Los desprecio, desde luego.