SEGUNDA ENTREGA: SI NO ESTÁ BIEN, NO ES EL FINAL
“Todo estará bien al final. Si no está bien, no es el final”. Oscar Wilde.
TODO ESTABA BIEN, AL FINAL
“Voy a Gobierno, me acaban de llamar” dije a mi secretario, que entendió que en instantes sabríamos quién sería el titular de la Secretaría de Turismo de La Pampa, a menos de una semana de la transición. Los rumores iban desde que sería una intendente que no había logrado renovar un segundo período en su localidad hasta la extraña versión de que sería el vicegobernador, que no había integrado la fórmula ganadora del segundo mandato de Sergio Ziliotto. La omnipresente Casa de Gobierno, visible desde mi oficina en toda su magnitud y decadencia edilicia, estaba a cinco minutos, bajando un piso, cruzando la calle, pasando por el costado de la fuente de la rotonda, cruzando otra calle, para ingresar en el complejo construido según el proyecto de Clorindo Testa cuando el Territorio de la Pampa Central dio lugar a la provincia y que incluía no sólo la gobernación, sino la terminal, la legislatura y dependencias. Me llegaba la voz de Mami (la Chiqui, Chiquitona, mi mamá) allá por los años ’70, con lo que podría ser, quizás, la fake news de entonces: “Dicen que Clorindo Testa presentó un proyecto que había hecho para un concurso de Brasil que no resultó elegido, por ese motivo el planteo no tiene nada que ver con el clima de acá. En la terminal, en verano te asás y en invierno te lleva el viento y te morís de frío”.
Tomé mi cartera y partí, repitiendo para mi lo que diría apenas saludara al Secretario General de la Gobernación: “Sé lo que me vas a decir, sé que coincide con lo que hace casi dos años tengo decidido así que no me expliques; pero por favor decime a quién van a designar así lo comunico al personal. Preguntan por sus roles, sus categorías, horas extras y demás, en fin, por la magnitud del cambio que se les viene y cómo va a afectar su metro cuadrado”. Así lo hice, pero no pude evitar escuchar “en virtud de la nueva etapa con un gobierno nacional de otro signo, vamos a necesitar más política; no podemos negar que tu gestión fue muy buena, así que ya pensaremos en algo para que nos sigas dando una mano”. Respondí que no hacía falta que me prometiera nada, porque tenía proyectos personales, pero le pedí que me dijera quién seguía así podía organizar la entrega del informe que estaba terminando, con lo realizado y lo pendiente. “Lo va a anunciar el Gobernador; te llamo minutos antes de que lo diga a la prensa”. Bien, voy a estar atenta a tu mensaje, concluí en el saludo de despedida. Pasaron unos minutos desde que regresé a mi despacho, donde recibí la noticia por whatsapp: “es Saúl Echeveste”. Salí al pasillo donde esperaban parte de los funcionarios y empleados y lo dije. Alguien -una funcionaria militante peronista - se tomó la cabeza y gritó: “Uy nooo! Es Cámpora extremo! Y nunca nos respondió las invitaciones a reuniones y programas, solamente nos clavaba el visto”.
“Qué raro”, pensé, con una lógica no política. "Las elecciones provinciales renovaron el mandato de Sergio Ziliotto, pero se perdieron muchos votos e intendencias. En el ballotage, la mayoría en La Pampa votó a Milei, motivo por el cual el Gobierno provincial debería reorientar la visión en tal sentido. Pero en cambio están radicalizando la gestión dando espacio a más camporismo, kirchnerismo o populismo, justamente lo contrario a los aires que expresaron las urnas, pese al Plan Platita y al enorme aparato electoral del partido gobernante". Como siempre se dice, son los oficialismos los que pierden o ganan elecciones. Quizás haya sido más simple y la decisión respondiera a una reparación, ya que como me explicó una funcionaria justicialista, Echeveste había tenido que renunciar a su candidatura a diputado nacional en favor de su compañero Ariel Rauschemberger. Su relevancia se apoyaba en María Luz Alonso, “la Luchy”, recién electa diputada provincial y hasta ese momento, secretaria administrativa del Senado nacional, a quien se la podía ver como actriz de reparto en los videítos con actings donde la ex presidente y en ese momento todavía vicepresidente teatralizaba diálogos explicando la estanflación y otros guiones estelares.
Volví a mi oficina. Cada vez que enfilaba hacia la sede del Poder Ejecutivo, tenía que caminar sobre una de las explanadas previas, donde todavía se lee, escrito en aerosol negro sobre el piso: “Macri gato”, testimonio de la etapa en la que, según los gobernantes pampeanos, la provincia había sido severamente castigada por el neoliberalismo. Por ejemplo no recibiendo fondos para la obra pública. Versión que contradecía lo aseverado por funcionarios de la Secretaría de Turismo que precedieron a mi gestión, que aseguraban que tenían prohibido aceptar o participar de cualquier programa nacional, aunque implicara la llegada de fondos para obras o servicios de consultoría. Mi memoria olfativa me traía un olor dulzón y la imagen de mis manos en el borde de una barra donde se alineaban los baldes, ante un cucurucho bañado en chocolate de la Heladería Italia, frente a la Casa de Gobierno. O sentía un dejo de enojo que daba lugar a una resignada tristeza por la pintura desafortunada que lucía el principal edificio, hoy declarado Monumento Histórico Nacional, lejana a la de la versión original. Ni hablar si para conmemorar alguna fecha histórica se ornamentaba el sitio más visible en un extremo del jardín, como era costumbre con alguna alegoría de dudosa estética. En ocasiones especiales, colgaban como de una enorme parrilla, cientos de cintas de colores, en un remedo de las manualidades que hacíamos en la escuela. Otras veces tergiversaban la escarapela para conmemorar algo de la comunidad LGBTQ+, incrustándole la banda multicolor en su celeste y blanco. Me preguntaba quién sería el creador que inspiraba esos artefactos y por qué a nadie al parecer le importaba. Llegaría a la conclusión de que tras décadas del mismo estilo, la gente estaba resignada y que le daba lo mismo, casi como si no se sintieran ciudadanos santarroseños sino personas que vivían en un lugar, esperando las vacaciones para ir a la costa o al exterior, donde todo era diferente, y que estaban acostumbrados a la fealdad, al abandono del espacio público, a la pérdida de patrimonio arquitectónico y no se daban cuenta. No le iba a la zaga el edificio de Turismo: invadido por las palomas, que a veces quedaban atrapadas en las redes (rotas) morían y despedían olores nauseabundos, parecidos a los efluvios que salían de las rejillas de los baños y que invadían todo cuando se inundaba la planta baja. Desde el día uno en la gestión pedí por expediente la revisión de la estructura edilicia y la poda de las araucarias de la vereda, que albergaban a cientos de pájaros que permanentemente regaban la vereda junto con las palomas y llegué a evaluar cortarlas. “No se puede” me dijo una experimentada funcionaria, “son sagradas porque las obsequiaron los mapuches de Neuquén”. “Pero esa especie es de Misiones”, respondí, “me lo informó y corroboró Eduardo Haene”. (especialista en plantas nativas y experto en interpretación del patrimonio). Ni siquiera pudimos podarlas: la Municipalidad de Santa Rosa afirmó a través de los encargados de parques y plazas, que a los árboles no había que herirlos. Alcancé a hacer podar una de manera privada: asumo la responsabilidad, que me denuncien, dije, harta de la cubierta de guano que encontrábamos cada día sobre la vereda. La otra quedó igual, porque -y esto es verdad- el podador privado no pudo conseguir por segunda vez la escalera que necesitaba.
Así eran a veces las respuestas provenientes del gobierno, de sus funcionarios y de sus proveedores, seguramente una expresión de la mayoría de los votantes que una y otra vez habían elegido las mismas propuestas y praxis políticas desde el regreso de la democracia y que en las que ese 1ro de diciembre de 2023 me tenían de protagonista haciendo mutis en el acto final de una relación de 4 años, en una última peregrinación al muro de los lamentos, como me gustaba llamar a la Secretaría General de la Gobernación, o mejor dicho a la Subsecretaría, que se encargaba de la relación con Turismo.
¿PERO QUÉ ES LA BUROCRACIA?
La organización burocrática de una formación social, y especialmente de una estructura política, puede tener profundas consecuencias económicas, y con frecuencia las tiene. ¿Qué clase de consecuencias? Esto depende, en cada caso individual, del reparto de poder económico y social, y sobre todo del terreno ocupado por el aparato burocrático en desarrollo. Por consiguiente, las consecuencias de la burocracia dependen del sentido que den al aparato los poderes que lo usan. Y, muy a menudo, el resultado ha sido un reparto criptoplutocrático del poder. Max Weber, Qué es la burocracia.
UN PLAN PARA LA PRÓXIMA GESTIÓN, SE NECESITA
“Siempre puedes enmendar un gran plan, pero nunca puedes expandir uno pequeño. No creo en pequeños planes. Creo en planes lo suficientemente grandes como para enfrentar una situación que no podemos prever ahora”. Harry S. Truman.
En estos cruces pedestres hasta la Casa de Gobierno solía rememorar los motivos por los que había llegado hasta el edificio de enfrente, ocupado en parte por la Secretaría de Turismo. Un lugar al que jamás creí poder acceder, con el más alto cargo en turismo. El plan que alguna vez conversamos en familia, luego de los estudios de turismo en la Universidad de Morón (UM), era volver y abrir una agencia de viajes, pero la familia se disgregó. Ahora, pensaba, mi primera profesión y la cercanía de mi hermano con el Gobernador electo, me habían colocado, siendo pública mi militancia en el radicalismo en los primeros años de Alfonsín, en situación de funcionaria de un gobierno peronista. Tras la caída del líder radical, había trabajado con un senador justicialista, Libardo Sánchez y luego con José Luis Gioja, con quien pude desarrollarme profesionalmente y acompañé muchos años como asesora– salvo en 1997, que tomé una licencia sin goce de haberes para vivir en la Base Esperanza- logrando proyectos de turismo para San Juan, para la Antártida y para el turismo en cuestiones puntuales. Coseché amistades entrañables entre mis compañeros de tareas del equipo de Gioja, que aún conservo y con quienes nos reunimos cuando podemos.
Luego fui durante cuatro años, Secretaria de la Comisión de Turismo, cargo al que renuncié por el furioso mobbing que me prodigó la entonces Senadora Liliana Fellner, enardecida por el proyecto que habíamos redactado y trabajado con la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos y con el entonces Senador Gioja -el primero que pidió declarar sitio histórico al Camino del Inca, que después pasó a llamarse Qhapac-Ñan en proyectos similares. La Senadora y hermana del Gobernador de Jujuy creía que tenía la exclusividad del tema. Me río al recordar la anécdota con la Secretaria de la Comisión de Cultura de esa época, que una vez me dijo: "Adriana, por qué está tan alterada la Senadora Fellner? Los Incas mudaron el camino a otro país, qué paso? Está como loca"
Continué mis tareas en los despachos del Senador César Gioja, el Diputado Nacional Rubén Uñac, nuevamente José Luis Gioja en su etapa de Diputado luego de ser Gobernador, y finalmente María Paula Lopardo, diputada nacional por el Pro. A todos ellos agradezco la oportunidad y el buen trato. Recuerdo la sonrisa burlona del secretario del Senador Rubén Mera (Presidente de la Comisión de Turismo 2003-2007), al preguntarme: “Sabés quién va a presidir la Comisión? Tu amiga Fellner”. Estábamos en el palacio del Congreso, en el Senado. Crucé al Anexo del Edificio Alfredo Palacios (Ex Caja de Ahorro), redacté mi renuncia y hablé con el Senador César Gioja, quien al instante me dijo “Venite con nosotros”. Cuando Michetti fue Presidente del Senado, abrió la opción de un retiro voluntario que tomé. De manera que ya estaba retirada cuando surgió la posibilidad de colaborar con La Pampa.
En diciembre de 2023, habían transcurrido cuatro años y algunos meses desde aquel: “Estoy colaborando en la campaña del candidato a Gobernador” dicho por mi hermano desde Santa Rosa, La Pampa, cuyo tono en el teléfono sonaba satisfecho. Lo felicité y le pregunté cómo estaba, en fin, siguiendo el intercambio de rutina en una conversación entre hermanos que no viven en la misma provincia. “Bien, estamos bien. Ziliotto quiere un plan para el turismo y le hablamos de vos, podés preparar una propuesta? Incluila a mi pareja; quiero que forme parte del equipo”. “Claro -respondí- pero dame más detalles sobre el rumbo político y los objetivos. Con eso ya puedo organizar una reunión con el equipo y analizar las posibilidades”. Buscando los antecedentes hallamos, en la Biblioteca del Consejo Federal de Inversiones (CFI), el plan estratégico de turismo del 2013, del que participaron integrantes del organismo de turismo provincial como consultores (algo vedado por el CFI), además de una base normativa básica vigente, con acento en la fiscalización. Con esa información, más el hecho de que los tiempos eran acotados, comuniqué que, de hacerlo, sería un Plan de Gestión 2019-2023 respetando el antecedente del Plan Estratégico y que tendríamos en cuenta las propuestas profesionales y consensuadas con la comunidad. Entonces, la primera certeza fue que el Plan Estratégico financiado por el CFI en 2013, no era conocido por el equipo del futuro Gobernador. Más tarde, me enteraría que quien había sido Ministro de Desarrollo Territorial del gobierno del ingeniero Carlos Verna, -y que no iba a formar parte del nuevo gabinete - sí lo conocía, pero su opinión era que se trataba de “un plan de unos cuatro iluminados detrás de un escritorio”, por lo tanto no lo había aplicado. Turismo había estado bajo su órbita, junto con la Reserva Natural Parque Luro y el Mercado Artesanal.
Trabajamos durante varios meses, visitamos y entrevistamos a referentes de 14 municipios, a la Cámara de Comercio, a la Cámara de Turismo, a la UNLPam, a comerciantes de manera individual, recorrimos 3000 kilómetros y entregamos el plan en tiempo y forma. Dejamos plasmados lineamientos, programas y proyectos que luego yo misma iba a tener que dirigir, concretar, operativizar desde la gestión, aunque aún no lo sabía. Los principales resultados del diagnóstico arrojaban que:
· La Pampa no es una provincia posicionada en el mapa turístico de la Argentina, ni para el turismo nacional ni el internacional, por diversos motivos, siendo el principal la ausencia de objetivos y de voluntad de los decisores políticos, manifestándose ello en la falta de comunicación como destino turístico hacia los grandes centros emisores, para lo cual se requiere decisión al más alto nivel por la inversión que requiere.
· La comunidad pampeana, manifiesta percibirse como un lugar de paso, y asocia al turismo casi exclusivamente con los atractivos naturales;
· La escasa conectividad área, algunas rutas en mal estado, la falta de infraestructura en telecomunicaciones y los sitios patrimoniales en ruinas o inaccesibles, son una limitante al desarrollo del turismo.
No obstante, se señalaban tres características del potencial turístico de la provincia:
· Su ubicación geográfica en el centro de la Argentina, observándose débiles antecedentes de conexión con los principales centros emisores de turismo nacional que podían retomarse y fortalecerse.
· Recursos turísticos naturales y culturales susceptibles de ser aprovechados turísticamente, como el caldenal y las culturas gaucha y ranquel;
· El nombre La Pampa como ventaja de posicionamiento, si se tiene en cuenta que ya está instalada en el imaginario nacional e internacional de “La pampa argentina” como una referencia geográfica pero persistente desde siglos, sumado al diferencial Patagonia, ya instalado mundialmente.
“Por qué te reís?” le preguntó algo airada la Ministra de Educación al Ministro de la Producción en la reunión encabezada por el Gobernador electo donde presentábamos el Plan de Gestión ante los ministros y secretarios en funciones del gobierno de Carlos Verna y futuro gabinete de Sergio Ziliotto. “Es que no te conocía esa faceta de experta en turismo” fue la irónica respuesta. La chicana fue luego de un largo comentario de la Ministra sobre el turismo en Europa y los lugares donde se ponía en valor hasta el mínimo recurso para fomentar la actividad, así como sus impactos positivos en la economía.
EL CFI Y EL PRIMER ANTECEDENTE DE PLANIFICACION TURÍSTICA EN LA PAMPA
El primer antecedente que figura en el CFI sobre la planificación turística de La Pampa data de 1973, con la autoría de dicho Consejo más la Municipalidad de General Pico y J. E. Epelman. Se trató de un estudio de localización de un Parque Recreativo en esa ciudad. El siguiente plan es de 1975, del consultor Roberto Gazari y el abordaje de un Estudio Integral de la reserva provincial Parque Luro. A partir de un análisis de la situación y de los antecedentes existentes, se planteó un esquema de desarrollo del Parque Luro, teniendo en cuenta necesidades de uso, técnicas científicas y turísticas. Se zonificó el parque en 5 áreas en las que se distribuyeron las actividades propuestas. Se evaluó la capacidad de admisión de turistas y se diseñaron circuitos peatonales. Se incluyeron proyectos de Centro de Estudios Biológicos, Museo Cinegético de la Provincia, Jardín Zoológico, Parque Autóctono, Parque Africano, coto de caza cerrado, motel, bungalow y camping, confitería y restaurante.
(continuará)
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