TERCERA ENTREGA: EL CAPITAL HUMANO
EL CAPITAL HUMANO
ARTICULO 8°-PROBIDAD. El funcionario público debe actuar con rectitud y honradez, procurando satisfacer el interés general y desechando todo provecho o ventaja personal, obtenido por sí o por interpósita persona. También esta obligado a exteriorizar una conducta honesta. CODIGO DE ETICA DE LA FUNCION PUBLICA - Decreto 41/99
“Me parece que ‘el Ruso’ te va a ofrecer trabajo”. Fue la advertencia, horas antes de presentar el plan ante el futuro gabinete. “Pero… sabe que no soy peronista?” pregunté. “Sí, más vale” fue la respuesta. “Si se lo cuestionan va a decir: convocamos a los mejores, más allá de la política”. El Gobernador electo me propuso el cargo de Secretaria de Turismo, con un organigrama que modificaba el de la gestión anterior (donde era una Subsecretaría que dependía del Ministerio de Desarrollo Territorial) y un presupuesto que ya estaba definido dentro del nuevo organigrama de ministerios y secretarías. Constaba de dos subsecretarías, tres direcciones y una subdirección. Esto quizás ejemplifica los condicionantes de la gestión pública, donde hay muchas cuestiones decididas a priori que no se pueden cambiar, y otras que por costumbre de la administración, conformada en general por personas resistentes al cambio por instinto de conservación, tampoco se pueden modificar.
Agradecí emocionada la propuesta y la acepté, consciente de que mis ideas políticas no coincidían con el partido gobernante en la provincia, aunque según se aseguraba, la nueva gestión estaba lejos de simpatizar con la línea más importante del futuro gobierno nacional, representada por quien se postulaba para la Vicepresidencia. El síndrome del impostor me asaltaba cada tanto, pero estaba segura de poder prestar un servicio a la mejora del turismo en La Pampa, era un honor y una oportunidad que no había imaginado que podía presentarse. La anécdota es que viajando durante la campaña con sus colaboradores, el candidato dijo “Necesito un plan de turismo” y alguien le respondió: “la hermana de Fulanito sabe”. Bingo. Cercanía y know-how, la combinación necesaria, en la que, en el universo político, el primer componente de la ecuación tiene más valor que el segundo.
Recordé las expresiones de algunas caras cuando en el Salón Azul del Senado, colmado de público, en 2003, hablé de capital humano citando a Gary Becker, Premio Nobel de Economía en 1992. Recordé una vez que le había sugerido a mi hermano algún contacto con el gobierno de Verna para hacer consultoría y me había respondido casi airadamente, fiel a su estilo: “Imposible, no tengo ninguna posibilidad de hacer nada con esta gente; es más, estoy estudiando porque cuando se vayan me quedo sin trabajo”. Pensé en la largada de las carreras de endurance, que me provocaban horribles nervios pero una vez superado ese instante, el objetivo de cumplir la etapa con el caballo en condiciones (en mi caso, con la yegua) ocupaba cada célula de mi organismo, con la vista en el camino y en el reloj Polar que me indicaba latidos, distancia recorrida, distancia restante, km/hora, mientras repetía como un mantra los tips de la estrategia previamente trazada. El jinete va regulando el ímpetu y la energía que el caballo consume a lo largo de cada etapa y si tiene un sistema de control del ritmo cardíaco, va viendo cómo están las pulsaciones, lo que ayuda muchísimo a que el binomio llegue en condiciones.
En el comienzo del período de cuatro años a cumplir como funcionaria, tuve alguna ayuda en términos de información del quién era quién y del pulso político provincial. Pasados dos años, dos años y medio, dependí de mis funcionarios, de mi resiliencia, de mi olfato turístico y de mi tozudez para llegar al final de la recorrido. LC Mandolina, mi yegua árabe que me dio tremendas alegrías, así como grandes sustos, estuvo siempre en mi mente.
Así que yo, la hermana de …., luego de la charla con el Gobernador, empecé a pensar a quiénes tendría como equipo, aparte de “la idea es que quede” y de “la pareja de” , que iría como Subsecretaria de Planificación y sería uno de los errores a reconocer y lamentar, en especial por la paulatina merma de apoyo político que acarreó con el corte de todo contacto con mi hermano, debido a mi decisión de perdirle la renuncia. Aparte del Director del Parque, pensé en Florencia Stefanazzi como Directora de Oferta. Sabía de ella porque yo había sido jurado en un concurso de Parques Nacionales donde rindió para ingresar, y porque la había visto como responsable del Plan Estratégico de 2013, para el CFI (luego me enteré que ella estaba contratada por la provincia y era la única que podía figurar porque no era de planta; porque en dicho Plan, trabajó personal de la Secretaría, algo que el CFI no permite). La Universidad de La Pampa me había invitado como disertante en unas jornadas en Santa Rosa y en un momento en que coincidimos sentadas entre el público, entablé diálogo con ella y le pregunté si le gustaría volver a la provincia. “En Parques estoy bien, pero la provincia es mi verdadera vocación”. Fuimos a General Acha a proponerle ser parte del equipo y aceptó de inmediato. El futuro secretario del Gobernador electo me dijo: “Qué bueno que la convocaste a Stefanazzi. Hace unos años se fue mal de la gestión, cuando renunció Negrita Bertone”. Florencia congenió con la Subsecretaria de Planificación, de la que dependía jerárquicamente; hacía docencia, le explicaba cual Fernández Fuster, la teoría y técnica del turismo. Recuerdo el caso del dictado de una capacitación on line, sobre formulación y evaluación de proyectos en la que habíamos conseguido financiación del CFI. La Subsecretaria la arrastró en su negativa de convocar a los prestadores (en pandemia) porque se acercaba el verano y “nadie va a querer anotarse”. Acudí a María Eugenia Debans, quien junto con Federico Núñez, lograron que se registraran más de 30 cursantes. María Eugenia ingresó por recomendación del secretario del Gobernador –“entrevistala y si estás de acuerdo, creamos un cargo jerárquico”, como Subdirectora de Municipios Turísticos. Recibí opiniones adversas por parte de alguien del equipo: “Va a hacer política, si la traés, no la dejes hablar con los intendentes”. Cuando acudió a la entrevista, María Eugenia me trajo unos poemas de mi hermana María Lidia, que le habían quedado de cuando eran compañeras de trabajo en la Municipalidad de Toay e iban a editar un libro que no fue. Mi hermana había sido empleada con un plan de los primeros, en el gobierno de Duhalde, por una suma magra. Cumplió siempre con sus tareas y llegó a hacerle los discursos al Intendente. Al final de su vida, la habían pasado a planta; estaba tan contenta! Había terminado el secundario y estaba decidida a estudiar literatura en la UNLPam. No llegó a disfrutar esa nueva etapa que planeaba: la fulminó un cáncer de páncreas que avanzó y avanzó un largo año, mientras en el Hospital de Toay le diagnosticaban colon irritable.
En 2019, había una veintena de empleados y funcionarios en la Secretaría y unos 25 en la Reserva Parque Luro; solamente le pedí al Gobernador y él accedió, -cuando me propuso ocupar el cargo-, que contrataran a un colaborador de mi absoluta confianza, a quien la Secretaría General puso en funciones… ¡luego de un año y medio! Terminó como mi secretario privado, porque quien habían designado originalmente, Mauro González, fue abducido por la Secretaría General para llevarlo al Canal de TV oficial. Fue el único agente contratado (podrían haberlo hecho cesar al final de la gestión) que sumé a la provincia: un empleado -Gonzalo- que cumple horario, está capacitado, tiene título universitario en conservación del patrimonio y una excelente predisposición para el trabajo en equipo.
En cambio desde el Gobierno provincial designaron a incunables que no podrían recibir un sueldo salvo en el generoso Estado y los mandaron a Turismo. Como muestra, están los casos de a) La ratera y mentirosa: tenía antecedentes de hurto en el sector turístico y había mentido en su CV. Cuando lo mencioné como impedimento, las respuestas fueron: “Si no tiene prontuario, no se la puede discriminar”. Y “para ingresar a la administración no hace falta CV”. Chan. Y b) El agente secreto del Gobernador: un muchacho que desde las primeras entrevistas con la Jefa de Despacho, había mostrado algún desorden en sus razonamientos y una actitud pendenciera. Era de esos casos en los que la Secretaría General, por medio de su Subsecretaría, mentaba a la máxima conducción, diciendo: esto tiene que salir rápido, lo pide el Gobernador. “Pero… no tiene preparación alguna, no sabe hacer nada y además es un delirante que lo primero que preguntó a la Jefa de Despacho fue cómo había que hacer para ser jefe y a qué gremio tenía que afiliarse” le dije al imperturbable funcionario a cargo. “Bueno, vos firmá el ingreso, lo mandamos a otra dependencia”, fue la promesa en falso para concluir el tema. El sujeto terminó ingresando pese a mi recomendación contraria, pero había decidido -por su cuenta-, ir dos horas por día. El requisito de poner el dedo era un bluff; el censor digital está junto a la puerta de entrada: Santiago Mayola llegaba, ponía el dedo registrando su ingreso y se retiraba, para regresar a las 17 horas y retirarse a las 19. ¿Qué hacía durante esas dos horas? Molestaba a las chicas de Mesa de Informes, diciéndoles que a él lo mandaba Ziliotto para controlar, que él sabía las cosas que habían pasado en la Secretaría y que si alguien se metía con él iría a los medios a denunciarlas. ¿Cómo me enteré? Alguien vino a quejarse de lo insoportable que era compartir ese rato y a preguntar por qué se le permitía ese horario “especial”. Habían pasado un par de meses y así fue como supe que Mayola las tenía amenazadas con contar que en la Secretaría habíamos encubierto casos de acoso sexual. Los supuestos casos fueron un mensaje subido de tono por whatsapp y una frases groseras de uno de los agentes a las chicas. La primera situación le costó al agente el pase a otra dependencia, porque quien reportó la situación se negó a denunciarla como hubiera correspondido. La segunda, ante igual negativa a denunciar, fue un cambio de horario y no hubo más incidentes. Tomé la precaución de informar con detalles al Fiscal, al mail indicado para denuncias en la web oficial. El Estado presente nunca me respondió. La novela sigue con que cuando ordené que se dejara constancia de las irregularidades de asistencia e intrigas de Mayola, nadie se hacía cargo. Había que dejar probado que ponía el dedo y se retiraba, pero quienes correspondía que lo hicieran evitaban el asunto. Descubrí que le tenían miedo. Conseguí dos firmas dando testimonio de la avivada, informé a Secretaría General e hice una consulta a Personal, que ordenó una junta médica. El dictamen fue que el agente tenía ciertos desórdenes pero que ello no le impedía trabajar y que debía cumplir horario normal. Mientras tanto, el tipo me acusaba de perseguirlo. En el caso de la mentirosa y ladrona, logré desviarla a otra dependencia, desde donde al cabo de unos meses nos llegaron relatos de sus andanzas.
Pensé en la cantidad de puestos de trabajo en el Estado en esas condiciones, ocupados por gente casi lumpen, mientras jóvenes con altas calificaciones en la facultad y recomendaciones impecables no lograban encontrar un trabajo ni público ni privado y masticaban su frustración. O trabajaban cumpliendo horarios estrictos en comercios y fábricas. Recordé la charla con el difunto Martín Borthiry, cuando fuimos en visita oficial a la Villa Turística Casa de Piedra, buscando alguna forma de cooperación con él que nunca logramos. Mencioné el mérito en una conversación informal y casual, creo que estábamos desayunando en su casa. “No creo en la meritocracia” dijo, y nos trenzamos un poco discutiendo sobre el tema del mérito, en el primer tramo del intercambio, hasta que comenzó con el panegírico a Cristina Kirchner y no pude contener un: “Martín, es una tremenda corrupta”, para recibir una respuesta que comenzó con: “Peor lo de Macri, que la fugó, junto con sus amigos”. Al tiempo, pasó a la ofensiva, porque vio la foto del estrado en la entrega de los certificados de Marca Turística La Pampa. Me mandó este mensaje que aún conservo en el móvil: “Muy bueno lo tuyo Adriana. Pero conmigo no cuentes más, hasta acá llegó lo mío. Ahora manejate con el Intendente de Ataliva Roca. Éxitos. No me llames. Y acordate que sos de un gobierno peronista y somos muchos los compañeros vinculados al turismo y en la foto no veo ninguno”. Mi respuesta fue: “Buen día Martín. Lo sentó Ceremonial, enviado por el Gobernador porque él no podía estar”. Este hombre, que falleció en un accidente con su moto en San Juan, fue ministro, diputado, Intendente de Ataliva Roca y Jefe Comunal de la Villa Turística Casa de Piedra en la que los gobiernos pampeanos llevan invertidos cientos de millones.
La reforma constitucional de 1994 consolidó la estabilidad del empleado público, un privilegio por sobre el común de los trabajadores del sector privado. Con el argumento de evitar que puedan ser echados por los cambios políticos, blindaron a trabajadores que poco importa lo que hagan o no hagan, tendrán una coraza de inmunidad contra cualquier exigencia. Se logró el efecto contrario: se van sumando y sumando capas geológicas que finalmente pasan a engrosar la planta, luego de un tiempo como contratados en el caso de la provincia de La Pampa. Esa es la situación en general de una parte de los empleados públicos del país. El sistema de selección responde al favor político que hay que hacer al puntero o funcionario, nunca a la necesidad del organismo de cubrir tal o cual perfil. En un organismo como la Secretaría de Turismo, no había especialistas en marketing, ni fotógrafo, ni diseñador gráfico, ni redactor de gacetillas. Al final de mi gestión, determinados empleados con actitud y aptitud para aprender y evolucionar, habían adquirido merced a la docencia que hicimos, distintas habilidades y training para redactar gacetillas, tomar fotografías con criterio turístico y producir material para campañas de difusión y promoción. Otros habían aprendido a actualizar la información de la mesa de informes, a utilizar las tablets, a llevar a cabo un procedimiento para no olvidar nada de lo que había que llevar y traer en las ferias. Habíamos crecido, cada uno en lo suyo.
Por el convenio entre la UNLPam y el estado provincial, ingresaron pasantes que colaboraron durante un año. Rotaron por distintas áreas y el criterio fue de puertas abiertas, para que aprendieran todo lo posible sobre el funcionamiento del organismo. Al final de la gestión, renovamos las pasantías con otra camada, esta vez de estudiantes de comunicación que nos ayudarían a cubrir un punto débil de la gestión. El turismo es un acto de comunicación, entre muchos otros conceptos que lo hacen tan diverso como actividad. Las contrataciones por fuera del organismo son costosas y en el caso de requerir continuidad, no están permitidas: no se puede contratar a la misma firma por más de tres meses, por cierta suma. Con una cantidad de empleados, muchos de ellos profesionales, se tiene una gran ventaja si los programas y tareas técnicas se encaran “in house”. Una de las dificultades sobre las que discutimos mucho era que los diseñadores no entregaban los editables, de manera que para cambiar un diseño, había que convocarlos y pagarles nuevamente. Me decían: “ningún diseñador te va a entregar el editable”. Sí lo hicieron. Y lo conseguimos con una negociación previa con cada diseñador, hasta que logramos que Carolina Moldes se sumara al equipo. De manera que en 2023 quien asumió en mi lugar, encontró banco de imágenes, diseños, productos, arreglos y equipamiento en la Reserva Parque Luro, pasantes de la carrera de Comunicación de la UNLPam y personal entrenado; un avance para quien lo quisiera mejorar, pero una base, una plataforma para seguir despegando.
El capital humano es tan importante como el capital físico en la producción.
La cita de Gary Becker enfatiza la relevancia del capital humano en el proceso de producción, equiparándolo a la importancia del capital físico. Según esta perspectiva, el capital humano se refiere al conocimiento, habilidades y experiencia que poseen los trabajadores, que son fundamentales para la generación de productos y servicios de calidad. Becker argumenta que invertir en el desarrollo y formación de los empleados es tan importante como invertir en maquinaria y tecnología, ya que ambos factores contribuyen de manera decisiva al crecimiento económico y al avance de las empresas. Además, Becker sugiere que el capital humano puede ser una fuente de ventaja competitiva, ya que las organizaciones que logran atraer, retener y desarrollar talento sobresalen en un entorno empresarial cada vez más competitivo. En resumen, la cita de Gary Becker destaca la importancia del capital humano como un factor crucial y estratégico en la producción y el éxito empresarial. (del sitio Bookey.app)
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