EN NOMBRE DE UNA PRESUNTA POSVERDAD, UNA MENTIRA PREVIA
La mentira previa
En octubre de 2024, mientras trabajaba con mi esposo en el emprendimiento de turismo receptivo Incoming La Pampa, elaborando tarifarios, contactando con proveedores y clientes potenciales, un periodista me envió el link de la publicación virtual Plan B. El titular hablaba de la restitución de un libro en la Reserva Natural Provincial Parque Luro, mediante un acto en el que participaban representantes de pueblos aborígenes y otras personas y finalizaba diciendo que el libro había sido “retirado de la biblioteca del Parque Luro por una funcionaria muy ligada a la figura del genocida y represor Julio Roca”. Participaba del acto, un empleado del Parque Luro, Alejandro Nahuel (o Nawel, según escribía el medio).
La funcionaria a la que Plan B aludía era yo, claro. No podía creer lo que estaba leyendo, porque nadie, en ningún momento, me había reclamado el libro (me refiero, nadie de la Secretaría de Turismo o del Parque Luro, durante mi gestión o durante la gestión siguiente) ni me habían llamado del medio periodístico para corroborar o darme la oportunidad de contar los hechos. Se me acusaba de estar “ligada” a la figura de Roca y me pregunté: cuándo este ex Presidente fue acusado, juzgado y condenado por genocidio?
Primero, pensé en el libro. Recordé haberlo retirado para leerlo, mientras hacíamos una recorrida con el Director del Parque de entonces, Horacio Riesco. Lo vi en la vitrina de la entrada a Carruajes y le pregunté: “Ecuestre? Esto es sobre caballos?” y Horacio me respondió: “Es sobre Roca”. “Y por qué se llama Ecuestre lo que Cueste?” repregunté. Horacio hizo un gesto de incomodidad y no recuerdo qué respondió: pedí llevármelo (prestado, claro) para leerlo. En un simple gesto, Horacio abrió la vitrina que estaba sin llave y me entregó el libro. Del Parque, dada la hora, me fui a mi casa y pasados unos días, leí las primeras hojas.
Cuando se publicó lo de Plan B yo hacía al menos diez meses que ya no era funcionaria. Lo llamé a Horacio, le conté lo que sucedía y conversando con él traté de entender por qué haber retirado un libro para leer se había interpretado como un acto de ataque a una comunidad ranquel o mapuche. Estaba tan sorprendido como yo y me habló de cierta conflictividad que representó el empleado que figuraba como uno de los protagonistas del acto, tema que no era nuevo para mi y de lo cual hay registro. En alguna ocasión Alejandro había acudido a mi despacho por una situación que vivió en el Parque (en la que no tuve intervención), acompañado de gremialistas de ATE y tuvimos que convocar al Asesor Letrado de la Secretaría para poder dialogar. Resuenan asimismo los ecos de las quejas de una docente, que me dejó varios audios en mi móvil personal, con la descripción del destrato recibido por su grupo de alumnos por parte del empleado en cuestión. En esa ocasión, hizo su descargo y decidimos con Horacio que siguiera desempeñándose donde estaba. Antes había pasado por el Mercado Artesanal, donde la directora había pedido que se lo desafectara de la dependencia, por los malos modales que prodigaba al público que deseaba informarse o comprar alguna artesanía. Por tal motivo, revistaba en la Reserva Parque Luro. Le ofrecimos hacer el curso de Guía de Sitio y lo hizo, de manera que su rol podía extenderse a guiar otras dependencias, aparte del sitio donde estaba asignado antes de mi arribo, que era el Sendero de los Pueblos Originarios. No logré descifrar por qué dicho empleado, a quien en ningún momento había perjudicado, sino más bien protegido, era partícipe de semejante ataque.
Horacio me recordó que había otro empleado presente cuando me llevé el libro. Es decir, no lo hicimos a escondidas, todo lo contrario, obedeció a mi curiosidad por saber de qué se trataba: me había llamado la atención el título. El empleado que estaba esa tarde era un muchacho que había sido transferido desde la Municipalidad de Ataliva Roca, no por mi, sino directamente por la Secretaría General de la Gobernación. En la entrevista de ingreso, al preguntarle por qué quería dejar su puesto en la municipalidad, dijo que él “era gente de Martín Borthiry”; que quería irse de Ataliva porque el Intendente lo perseguía.
Luego de leer la insólita acusación reproducida por Plan B, escribí en la red X que en la Reserva no había una biblioteca, es decir, un lugar donde acceder a los libros y registrar los préstamos, así como reclamar las devoluciones. Que esos anaqueles los había colocado Cultura y que eran previos a mi llegada a la gestión, mencionando también el perfil del empleado que aparecía participando del acto, haciendo referencia también a que muchas cosas se llevan al Parque, sin que hayan sido pedidas por Turismo (aunque se firmen convenios o actas de cooperación, casi siempre Turismo es la parte más débil): una Virgen, vehículos en desuso, basura histórica, animales embalsamados. Se trata de una Reserva Natural que para hacer honor a su nombre y razón de ser, debe cuidar su patrimonio histórico, cultural y natural y buscar de generar atractivos para el visitante, que hagan a la interpretación del ambiente y la historia; como Secretaria de Turismo me oponía a que lo usaran como depósito o para actividades que desvirtuaran su cometido. En el caso de los libros, ¿para qué los habrían llevado, si no se los podía retirar para leer? ¿Como publicidad, para que la gente lea autores pampeanos que de no venir al Parque Luro no se enterarían que existen?
El armado de la posverdad
Les escribí por Facebook, pidiendo que se atuvieran a los hechos, que no me acusaran sin presentar las pruebas. Esta fue la respuesta:
Sobre la posverdad
“Para comprender cómo es posible que nos encontremos en una época como esta hay que tener en cuenta algunos factores de los medios de comunicación por los que se ha propagado. Para empezar, la era de la posverdad hace referencia a la proliferación de noticias falsas por Internet, a comentarios insultantes que rozan la difamación volcados todos los días en las plataformas de comunicación online, y al descrédito de las instituciones a través de comentarios —muchas veces anónimos— en esos mismos medios.
La directora de The Guardian, Katharine Viner, en su artículo How technology disrupted the truth (Cómo la tecnología causa disrupción en la verdad) , indicó que detrás de todo esto está la intencionada tergiversación de los hechos de algunos medios digitales que abogan por una determinada postura social y política. Pero, junto con lo anterior, se encuentran también los esfuerzos de este tipo de medios para atraer visitantes hacia sus plataformas, sin más intención que mantener un negocio que vende lo que el público desea encontrar.
Viner explica que esto es posible por los algoritmos que alimentan las fuentes de noticias de buscadores como Facebook o Google, que están diseñados para ofrecer al público lo que este quiere. Para la directora de The Guardian, esto significa que la versión del mundo que encontramos cada día al entrar a través de nuestros perfiles personales, o en las búsquedas que hacemos en Google ha sido invisiblemente filtrada para reforzar nuestras propias creencias”. (La era de la posverdad, la posveracidad y la charlatanería. Por Martín Montoya, Profesor de Filosofía en la Universidad de Navarra).
En octubre de 2024, mientras trabajaba con mi esposo en el emprendimiento de turismo receptivo Incoming La Pampa, elaborando tarifarios, contactando con proveedores y clientes potenciales, un periodista me envió el link de la publicación virtual Plan B. El titular hablaba de la restitución de un libro en la Reserva Natural Provincial Parque Luro, mediante un acto en el que participaban representantes de pueblos aborígenes y otras personas y finalizaba diciendo que el libro había sido “retirado de la biblioteca del Parque Luro por una funcionaria muy ligada a la figura del genocida y represor Julio Roca”. Participaba del acto, un empleado del Parque Luro, Alejandro Nahuel (o Nawel, según escribía el medio).
La funcionaria a la que Plan B aludía era yo, claro. No podía creer lo que estaba leyendo, porque nadie, en ningún momento, me había reclamado el libro (me refiero, nadie de la Secretaría de Turismo o del Parque Luro, durante mi gestión o durante la gestión siguiente) ni me habían llamado del medio periodístico para corroborar o darme la oportunidad de contar los hechos. Se me acusaba de estar “ligada” a la figura de Roca y me pregunté: cuándo este ex Presidente fue acusado, juzgado y condenado por genocidio?
Primero, pensé en el libro. Recordé haberlo retirado para leerlo, mientras hacíamos una recorrida con el Director del Parque de entonces, Horacio Riesco. Lo vi en la vitrina de la entrada a Carruajes y le pregunté: “Ecuestre? Esto es sobre caballos?” y Horacio me respondió: “Es sobre Roca”. “Y por qué se llama Ecuestre lo que Cueste?” repregunté. Horacio hizo un gesto de incomodidad y no recuerdo qué respondió: pedí llevármelo (prestado, claro) para leerlo. En un simple gesto, Horacio abrió la vitrina que estaba sin llave y me entregó el libro. Del Parque, dada la hora, me fui a mi casa y pasados unos días, leí las primeras hojas.
Cuando se publicó lo de Plan B yo hacía al menos diez meses que ya no era funcionaria. Lo llamé a Horacio, le conté lo que sucedía y conversando con él traté de entender por qué haber retirado un libro para leer se había interpretado como un acto de ataque a una comunidad ranquel o mapuche. Estaba tan sorprendido como yo y me habló de cierta conflictividad que representó el empleado que figuraba como uno de los protagonistas del acto, tema que no era nuevo para mi y de lo cual hay registro. En alguna ocasión Alejandro había acudido a mi despacho por una situación que vivió en el Parque (en la que no tuve intervención), acompañado de gremialistas de ATE y tuvimos que convocar al Asesor Letrado de la Secretaría para poder dialogar. Resuenan asimismo los ecos de las quejas de una docente, que me dejó varios audios en mi móvil personal, con la descripción del destrato recibido por su grupo de alumnos por parte del empleado en cuestión. En esa ocasión, hizo su descargo y decidimos con Horacio que siguiera desempeñándose donde estaba. Antes había pasado por el Mercado Artesanal, donde la directora había pedido que se lo desafectara de la dependencia, por los malos modales que prodigaba al público que deseaba informarse o comprar alguna artesanía. Por tal motivo, revistaba en la Reserva Parque Luro. Le ofrecimos hacer el curso de Guía de Sitio y lo hizo, de manera que su rol podía extenderse a guiar otras dependencias, aparte del sitio donde estaba asignado antes de mi arribo, que era el Sendero de los Pueblos Originarios. No logré descifrar por qué dicho empleado, a quien en ningún momento había perjudicado, sino más bien protegido, era partícipe de semejante ataque.
Horacio me recordó que había otro empleado presente cuando me llevé el libro. Es decir, no lo hicimos a escondidas, todo lo contrario, obedeció a mi curiosidad por saber de qué se trataba: me había llamado la atención el título. El empleado que estaba esa tarde era un muchacho que había sido transferido desde la Municipalidad de Ataliva Roca, no por mi, sino directamente por la Secretaría General de la Gobernación. En la entrevista de ingreso, al preguntarle por qué quería dejar su puesto en la municipalidad, dijo que él “era gente de Martín Borthiry”; que quería irse de Ataliva porque el Intendente lo perseguía.
Luego de leer la insólita acusación reproducida por Plan B, escribí en la red X que en la Reserva no había una biblioteca, es decir, un lugar donde acceder a los libros y registrar los préstamos, así como reclamar las devoluciones. Que esos anaqueles los había colocado Cultura y que eran previos a mi llegada a la gestión, mencionando también el perfil del empleado que aparecía participando del acto, haciendo referencia también a que muchas cosas se llevan al Parque, sin que hayan sido pedidas por Turismo (aunque se firmen convenios o actas de cooperación, casi siempre Turismo es la parte más débil): una Virgen, vehículos en desuso, basura histórica, animales embalsamados. Se trata de una Reserva Natural que para hacer honor a su nombre y razón de ser, debe cuidar su patrimonio histórico, cultural y natural y buscar de generar atractivos para el visitante, que hagan a la interpretación del ambiente y la historia; como Secretaria de Turismo me oponía a que lo usaran como depósito o para actividades que desvirtuaran su cometido. En el caso de los libros, ¿para qué los habrían llevado, si no se los podía retirar para leer? ¿Como publicidad, para que la gente lea autores pampeanos que de no venir al Parque Luro no se enterarían que existen?
El armado de la posverdad
En mi posteo hice alguna referencia al contenido del libro, porque en verdad es impactante por el odio que manifiesta, no sólo hacia la figura de Roca, sino a los ciudadanos de Santa Rosa. El medio -Plan B- nada respondió ni me preguntó, pero La Arena -con igual modus operandi, es decir, sin chequear fuentes- publicó un repudio de la Asociación Pampeana de Escritores ante mis dichos. También me acusaban de estigmatizar al empleado por ser de ascendencia mapuche o ranquel. Un tribunal de inquisición de la Posverdad, que no acepta explicaciones, atenuantes o evidencias de los hechos sucedidos.
Encontré el libro en casa y lo devolví en la Secretaría de Turismo. No hay una sola orden o indicación mía, oral o escrita, de censurar o prohibir material de lectura o de difusión, no sólo en la Reserva sino en la Secretaría.
Envié a la Asociación de Escritores una carta documento solicitando se retractaran dado que no se trataba de un acto de censura sino de un olvido de devolver un libro que, por otro lado, no era un incunable y se podría haber repuesto sin hacer un acto de reparación asignando a mi descuido una intención aviesa y expresa de censura. Desde el Derecho, se trata de una calumnia, es decir, la falsa imputación de un delito. Dos veces volvió el aviso del Correo: nadie había ido a retirar el mensaje, pese a los avisos de entrega. Recurrí a una escribana pública, con el costo que implica, para poder notificarlos de mi pedido de rectificación y sólo entonces pude lograr que la Presidente de la Asociación firmara, quedando informada de mi solicitud. No se han retractado: no importan los hechos ni la verdad, sino la intencionalidad política, el relato y la denostación, personificando en mi la condena que sin juicio, sin jurado, sin fiscales, sin testigos y sin pruebas, aplicaron con carencia absoluta de escrúpulos. Mi carta documento:
Encontré el libro en casa y lo devolví en la Secretaría de Turismo. No hay una sola orden o indicación mía, oral o escrita, de censurar o prohibir material de lectura o de difusión, no sólo en la Reserva sino en la Secretaría.
Envié a la Asociación de Escritores una carta documento solicitando se retractaran dado que no se trataba de un acto de censura sino de un olvido de devolver un libro que, por otro lado, no era un incunable y se podría haber repuesto sin hacer un acto de reparación asignando a mi descuido una intención aviesa y expresa de censura. Desde el Derecho, se trata de una calumnia, es decir, la falsa imputación de un delito. Dos veces volvió el aviso del Correo: nadie había ido a retirar el mensaje, pese a los avisos de entrega. Recurrí a una escribana pública, con el costo que implica, para poder notificarlos de mi pedido de rectificación y sólo entonces pude lograr que la Presidente de la Asociación firmara, quedando informada de mi solicitud. No se han retractado: no importan los hechos ni la verdad, sino la intencionalidad política, el relato y la denostación, personificando en mi la condena que sin juicio, sin jurado, sin fiscales, sin testigos y sin pruebas, aplicaron con carencia absoluta de escrúpulos. Mi carta documento:
Les escribí por Facebook, pidiendo que se atuvieran a los hechos, que no me acusaran sin presentar las pruebas. Esta fue la respuesta:
Sobre la posverdad
“Para comprender cómo es posible que nos encontremos en una época como esta hay que tener en cuenta algunos factores de los medios de comunicación por los que se ha propagado. Para empezar, la era de la posverdad hace referencia a la proliferación de noticias falsas por Internet, a comentarios insultantes que rozan la difamación volcados todos los días en las plataformas de comunicación online, y al descrédito de las instituciones a través de comentarios —muchas veces anónimos— en esos mismos medios.
La directora de The Guardian, Katharine Viner, en su artículo How technology disrupted the truth (Cómo la tecnología causa disrupción en la verdad) , indicó que detrás de todo esto está la intencionada tergiversación de los hechos de algunos medios digitales que abogan por una determinada postura social y política. Pero, junto con lo anterior, se encuentran también los esfuerzos de este tipo de medios para atraer visitantes hacia sus plataformas, sin más intención que mantener un negocio que vende lo que el público desea encontrar.
Viner explica que esto es posible por los algoritmos que alimentan las fuentes de noticias de buscadores como Facebook o Google, que están diseñados para ofrecer al público lo que este quiere. Para la directora de The Guardian, esto significa que la versión del mundo que encontramos cada día al entrar a través de nuestros perfiles personales, o en las búsquedas que hacemos en Google ha sido invisiblemente filtrada para reforzar nuestras propias creencias”. (La era de la posverdad, la posveracidad y la charlatanería. Por Martín Montoya, Profesor de Filosofía en la Universidad de Navarra).
Referencias:
https://www.unav.edu/web/ciencia-razon-y-fe/la-era-de-la-posverdad-la-posveracidad-y-la-charlataneria
https://www.laarena.com.ar/la-ciudad/2008-10-12-6-9-2-rompieron-monumento-a-roca-y-pintaron-la-bandera
Tejada, Silvio. Ecuestre lo que cueste. Editorial Gráfica 29 de Mayo.
https://www.planbnoticias.com.ar/index.php/2024/10/14/pichi-kurru-kawellu-la-rastrillada-original-y-la-restitucion-de-un-libro-censurado/
https://www.laarena.com.ar/la-pampa/la-ape-critico-dichos-de-ex-funcionaria-provincial-2024102518340?utm_source=dlvr.it&utm_medium=facebook&fbclid=IwY2xjawIkZTRleHRuA2FlbQIxMQABHQCuXClBLIJerAepCYdsErq5hhxt6rh3v3FCdL_xoNnujoF56iRAUWO5CA_aem_SbLaedvesodKDk6HL25FFw
https://www.unav.edu/web/ciencia-razon-y-fe/la-era-de-la-posverdad-la-posveracidad-y-la-charlataneria
https://www.laarena.com.ar/la-ciudad/2008-10-12-6-9-2-rompieron-monumento-a-roca-y-pintaron-la-bandera
Tejada, Silvio. Ecuestre lo que cueste. Editorial Gráfica 29 de Mayo.
https://www.planbnoticias.com.ar/index.php/2024/10/14/pichi-kurru-kawellu-la-rastrillada-original-y-la-restitucion-de-un-libro-censurado/
https://www.laarena.com.ar/la-pampa/la-ape-critico-dichos-de-ex-funcionaria-provincial-2024102518340?utm_source=dlvr.it&utm_medium=facebook&fbclid=IwY2xjawIkZTRleHRuA2FlbQIxMQABHQCuXClBLIJerAepCYdsErq5hhxt6rh3v3FCdL_xoNnujoF56iRAUWO5CA_aem_SbLaedvesodKDk6HL25FFw
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