SIN AMOR AL PATRIMONIO (NATURAL Y CULTURAL) NO HAY TURISMO SOSTENIBLE - Novena entrega.
Antes, una reflexión sobre la normativa obsoleta (que no podía faltar)
El marco legal para fiscalizar a los alojamientos de la provincia -no se trata de una ley sino una resolución- es obsoleto pero tiene algo a favor y es que en fue elaborado con el objetivo de sumar a los alojamientos informales para poder exigirles unos mínimos requisitos. Se los llama departamentos o casas de alquiler turístico. Un colega y asesor en hotelería, me presentó una propuesta para actualizarla, cuando le comenté que mis intentos para que lo hicieran los funcionarios y asesor letrado, en consulta con la Asociación Empresaria Hotelero-Gastronómica local -que en ocasiones presentaba quejas por la competencia desleal de alojamientos informales- habían fracasado. Good try, diría alguien en una serie de TV: también fracasó mi pedido de apoyo presupuestario para poder contratarlo como consultor externo y la resolución quedó para vestir santos, porque ni los funcionarios del área ni la AEHG (Fehgra a nivel nacional) redactaron ningún borrador, bien para modificar la norma con otra resolución o para llevar un borrador de proyecto de ley al ejecutivo provincial.
El área de Fiscalización existía hacía un buen tiempo y se había digitalizado gracias al trabajo de Fanny García, que había puesto orden en los archivos y sistematizado los formularios para la toma de datos y declaraciones de los establecimientos. A mi despacho llegaba el expediente con los planos, las fotos y los datos relevados, listo para la firma. Empecé a mirar las fotos y los detalles y cité a una reunión con el responsable del área, el Subsecretario ”la idea es que quede”, porque venían reiterándose imágenes donde se veían cables colgando, mal gusto (hoteleramente hablando), exceso de cuadros y objetos colgados, cubrecamas y cortinas de diferentes colores, o habitaciones con camas de más. Uno de los objetivos de la gestión eran la calidad y la mejora continua del sector. “Ayudemos a los establecimientos más chicos y a los emprendedores a desarrollar criterios de seguridad, calidad, pero también de estética”, propuse. No había en el área un profesional que pudiera impartir capacitaciones o asesoramientos al respecto, de manera que para comenzar en la urgencia, aún en pandemia, convoqué a Cecilia Camou, una colega de confianza, que dictaba una capacitación llamada “La importancia está en los detalles”. Hace poco, ya fuera de la gestión, una propietaria de alojamiento turístico me dijo: “Ese curso me abrió los ojos a una cantidad de aspectos que no tenía idea, me sirvió muchísimo”. Fue un paso, acertado pero no suficiente. Faltaba más sistemática y un marco que nos pudiera contener en el difícil desafío de la calidad, tan subjetiva. Desarrollamos a través de la cooperación del Consejo Federal de Inversiones, el sistema de Calidad Turística Pampeana, que quedó plasmado en un documento y que obviamente, fue un comienzo que requiere continuidad.
De lo que habitualmente hace la Federación Empresaria Hotelero-Gastronómica, desplegando capacitaciones en todas las provincias, recuerdo una o dos -quizás fueron más- que la Asociación Empresaria Hotelero-Gastronómica llevó a cabo en La Pampa. Sin dudas, el subsector de alojamiento y gastronomía todavía tiene que implantar en la provincia criterios que globalmente son indiscutidos, relacionados con la seguridad, los perfiles laborales, la capacitación de su personal y la autopercepción en cuanto a la calidad del producto. Algo sencillo en un mercado pequeño como La Pampa sería llevar un registro sobre los comentarios en las redes y en los libros de quejas, ya que los criterios han cambiado tanto que las estrellas se volvieron una antigüedad y hoy nadie se fía de ellas, sino de las opiniones de otros usuarios al consultar los sitios on line.
Insistí para que el área se llamara Calidad y Fiscalización, en la idea de ampliar el horizonte y que los empleados de fiscalización asesoraran a los emprendedores, sobre todo para que no cometieran errores insalvables y contaran con criterios no sólo cuantitativos sino cualitativos para la génesis de sus establecimientos.
Cada capacitación o programa concluido fue para mi una conquista del Paraíso, en medio del status quo de la administración pública donde la actitud de ciertos empleados y funcionarios es merecer un agradecimiento especial, categoría o ascenso por hacer una tarea para la cual ya les están pagando. Los ciudadanos con sus contribuciones pagan nuestros sueldos, pero esa conexión con la realidad hace mucho que quedó en el limbo. Lo cierto es que la propuesta de consultoría requería una financiación adicional ya que superaba los montos que la Secretaría estaba autorizada a pagar, que tramité ante la Secretaría General de la Gobernación, sin obtener respuesta. Esta Secretaría es la que tiene, como tantas veces escuché, la llave ante el Consejo Federal de Inversiones para cooperación, es decir, para subvencionar proyectos determinados, con fondos que aportan las provincias. Sin su bendición, cualquier esfuerzo es en vano. Nunca me dijeron que no, pero me dejaron muchos pedidos sin respuesta, lo que me insumía llamar, ir, pedir, insistir, transformándome en mendiga del poder. Cuando era no, simplemente no respondían. La frase era “no tengo respuesta del CFI”, sin asumir de entrada una negativa sincera y punto. ¡También yo! Qué pretenciosa.
Marca Turística La Pampa
En ocasiones anteriores nos habían aprobado solicitudes de financiación, como la del Plan de Marketing que terminó siendo Herramientas de Marketing porque así lo quiso la burócrata de turno del CFI, con la que tuvo que lidiar la Consultora Gliocchi, de Roberto Occhipinti. Consulté a Roberto desde antes de asumir mi cargo de Secretaria, porque no había en el staff nadie con conocimientos académicos y los que tenían alguna experiencia, habían dejado unos clips de nulo profesionalismo que no habían servido más que para mofa de los youtubers. La ley provincial de turismo 3092 de 2018 otorgó competencia al organismo de turismo para desarrollarla y se había hecho un isologo hacía ya unos años, que analizamos con parte del equipo de funcionarios y técnicos de la gestión anterior que habían participado del proceso creativo y con Roberto. Se consultó por encuesta el grado de popularidad y arrojó buen resultado, pero había algo que no nos cerraba y queríamos cambiar, que consistía en que las letras del isologo tenían un diseño, unas líneas interiores que se parecían demasiado al isologo de México. Yo opinaba de afuera, porque el equipo de consultores estaba integrado por algunos técnicos pampeanos -incluida la autora del isologo que queríamos renovar- y expertos de Gliocchi. Así, fue la misma diseñadora la que propuso un refresh del isologo, quitando los dibujos dentro de cada letra que simbolizaban paisajes o elementos pampeanos, y sumando la guarda pampa en las letras A de la nueva propuesta, que tuvo buena acogida y no implicó un cambio disruptivo sino que recogió los mismos fundamentos de origen del isologo anterior, basado en el Plan Estratégico del 2013, al que nosotros pasamos por el tamiz de la gestión 2019-2023. Desde el Gobierno ya nos habían dejado claro que no aceptaban de ninguna manera que el isologo de turismo representara a toda la provincia y habían desarrollado un isologo de la gestión, con un llamado a concurso. Los logos cambian con cada gobierno y hay que plotear todo de nuevo. La ventaja que teníamos en turismo era que los pocos vehículos que teníamos no estaban ploteados, de manera que María, la Jefa de Despacho, se ocupó de la tarea, así como la anterior Jefa de Despacho, Karina, se había ocupado de hacer colocar el logo en el frente del edificio, con la leyenda “Portal de la Patagonia”. El concepto implicaba enfatizar lo pampeano con la guarda, la diversidad con los colores y la pertenencia a la Patagonia consignando esa palabra en segunda línea, aprovechándola desde el marketing.
En 2022, designamos Embajadores de la Marca Turística La Pampa y la Secretaría General de la Gobernación nos aprobó los nombres propuestos, con el visto bueno del Gobernador. Queríamos hacer la entrega en algún hotel, con un ágape y entregar placas y certificados. “No”, nos dijeron en la privada; “háganlo en el Parque Luro”. Y así fue. Siempre que se trataba de turismo me daba la sensación de que se ponían austeros súbitamente.. Habíamos desarrollado un reglamento de designación de los amigos, embajadores y empresas Marca Turística La Pampa. Acudieron Alan Lowenstein, Gabriela Iturrioz, María Loson, los Caldenes y otros. Nos acompañó el Intendente de Ataliva Roca, localidad de referencia de la Reserva. Al día siguiente recibí un mensaje furibundo de Martín Borthiry, recriminándome que no había en esa foto un peronista sentado en la mesa principal y que no le hablara más, porque a mi me habían puesto en el cargo, los peronistas. Chan.

Marca Turística La Pampa


Marca Turística La Pampa en el Parque Luro
Mi formación sobre marketing tuvo distintas etapas, comenzando en los ‘80 en la facultad en Morón. Luego la experiencia laboral en COTAL me brindó la posibilidad de ver a muchos países y empresas jugar sus cartas en el plano internacional para posicionar sus marcas. En la Especialización y Maestría en Gestión y Economía del Turismo leí a Alberto Wilensky (Marketing Estratégico, La Promesa de la Marca) y para preparar mi tesis, a Boone&Kurtz. En 2021 hice una diplomatura en la UTN, también sobre Marketing, para actualizarme y estar al tanto de las tendencias. Me preocupé especialmente en no avanzar con ningún cambio en la marca, hasta no tener las herramientas y conclusiones en un proceso que requirió de mucha consulta, interna y externa, cuando me tocó decidir en la Secretaría de Turismo, incluida su expresión gráfica que es un isologo y que de ninguna manera es en sí mismo una marca. Ésta es un conjunto de atributos ya instalados en la memoria, en las mentes de los distintos públicos, en el largo plazo. Sus componentes son artísticos, históricos, naturales, usos y costumbres, mitos y realidades. Por ser tantos sus significantes, es tan difícil lograr una síntesis, pero no es imposible. En La Pampa hay que conjugar caldenal autóctono con ciervos y otras especies exóticas; caza con observación de la naturaleza, patrimonio cultural perdido, deteriorado o ignorado con memoria e historia, desierto con pampa húmeda, caza con jauría con imagen positiva del destino, entre muchas otras combinaciones.
De eso no se habla
Una nota al margen fue el proyecto que me comentó el Ministro Moralejo que le había sido desaprobado por Ambiente de la provincia, que consistía en recrear el jardín francés con un laberinto, como en tiempos de Pedro Luro, hasta donde sé, obra del paisajista Thays. No era descabellado, dado que por la ruta, al ingreso de la reserva, pasaba el acueducto del río Colorado y se podría haber implementado un sistema de riego. Pero no se había logrado (y en mi gestión tampoco fue posible) que atendieran el pedido de turismo para hacer un canal de riego o similar. Es más, cuando se rompían las bombas de agua de la Reserva, las cabañas, la Casa de Huéspedes, el Restaurante, quedaban sin suministro.
Era curiosa la objeción de Ambiente con relación al jardín francés: estaba en la zona de alto impacto, muy modificada y antropizada. El Castillo es Monumento Histórico Nacional. Los criterios de conservación han variado y recomiendan preservar el entorno de los sitios protegidos. ¿Qué perjuicio podría haber ocasionado aunque más no fuera un 25% de reconstrucción de aquel jardín, como un testimonio del pasado de la Reserva, antes Establecimiento San Huberto en honor al patrono de los cazadores, a esa parcela, ya sin caldenes, totalmente rasurada?
A poco de transitar la gestión informé sobre el relevamiento que habíamos realizado en el perímetro de la Reserva, con relación al alambrado perimetral: estaba perforado en numerosos lugares, por donde se suponía ingresaban los furtivos. Furtivismo en una reserva natural donde los turistas pernoctan en cabañas sin seguridad alguna. Mis informes y algún otro motivo que desconozco (quizás un informe de Defensa Civil que reportaba 70 agujeros en el alambrado) hizo que el Secretario General de la Gobernación convocara a una reunión a la que asistimos Turismo, Seguridad y Ambiente. Aproveché para preguntar si se sabía cuántos ciervos había en la Reserva aproximadamente y la respuesta fue: “Ni idea, es un bicho de m…”. La realidad era que los ambientalistas, lógicamente, categorizan al ciervo como una de las especies más dañinas en cuanto a los valores de preservación del ecosistema, pero en el caso de La Pampa, donde el mismo representa un atractivo turístico y un recurso para la caza deportiva, con ese simple rótulo no se aborda el problema a gestionar, que es en definitiva la armonización de intereses para lograr lo más parecido a una relación ganar-ganar entre ambiente y turismo.
En La Pampa, la caza deportiva -que por lo general va de marzo a septiembre- está reglamentada mediante disposiciones anuales que fijan modalidades, temporadas y cupo por especie, en las modalidades de caza deportiva mayor, menor y caza con jauría, autorizadas únicamente en predios registrados clasificados en categorías, I, II y Cotos de caza. Un informe de Producción (que fiscaliza la actividad) y la UNLP indicó para el año 2019, la legalización de 1558 trofeos, con 7365 permisos de caza vendidos. La procedencia de extranjeros es en su mayoría de Estados Unidos (87%) y Europa. El informe concluye que el flujo de turistas extranjeros motivados por el turismo cinegético es muy importante para la provincia y que en 2022 el total de turistas cinegéticos, extranjeros y argentinos, ascendió a 4600.
Otro recurso turístico que entendí debíamos abordar con atención especial, para una puesta en valor, fue el relacionado con los aborígenes. A poco de levantado el encierro por la pandemia, vino a la provincia como turista, un antiguo compañero del programa de radio Compartiendo, de Buenos Aires, que dirigía Carlos Massip: un médico con su señora, ambos interesados en los sitios de la cultura ranquel. Dejaron una pormenorizada queja en el libro de la Secretaría, describiendo el estado de abandono de Leuvucó, el enterratorio y el monumento a las tribus ranqueles, inaccesibles debido a los yuyos y sin guía de turismo disponible ni nadie que los recibiera en el lugar. “No es un sitio administrado por turismo sino por lo que llaman las comunidades”, traté de explicar. En La Pampa existe el Consejo Provincial Aborigen en el ámbito de la Secretaría de Cultura, que lleva un registro de aquellas que obtienen personería o reconocimiento oficial. Hay un número importante en ese listado. En algún momento en la Reserva Parque Luro, seguramente a pedido de alguna de las entidades, se diseñó y llevó a cabo un Sendero de los Pueblos Originarios. Es un sitio contiguo a las caballerizas, con palabras en idioma ranquel o mapuche, que estaba a cargo según me informaron, de un empleado de la Secretaría que estaba en el Mercado Artesanal, pero que por cuestiones relativas a su desempeño lo habían trasladado a la Reserva y se desempeñaba -sin serlo- como guía de turismo. Durante mi gestión se le impartió el Curso de Guía de Sitio que dictamos en tres ediciones. Según él decía, era de ascendencia mapuche y algunas palabras y frases conocía y explicaba; no se identificaba como ranquel y más bien le molestaba que así lo designaran. No era una tema que se hablara o se debatiera expresamente, en libertad de opinión, sino más bien comentarios con sordina.
Sendero de los Pueblos Originarios en la Reserva Parque Luro
Una comunidad logró que le cedieran un predio sobre una ruta nacional y allí instaló un container que hacía las veces de bar y pequeño mercado artesanal. No era posible ofrecerlo a las visitas porque no lo ponían ellos como un sitio a visitar y tampoco presentaban un calendario de eventos. Lo dirigía una lonko que pasaba parte del año con su hija en Barcelona y que conocí cuando no era dirigente ranquel sino que administraba un predio donde se practicaba equitación al estilo inglés (al regresar de la práctica el primer día, y mencionar el apellido, mi madre me dijo, dando importancia a sus palabras: “el padre de esa chica es un Lonko”) . En una ocasión, tiempo atrás, cuando el gobernador de la provincia era el Contador Jorge, mi hermano me invitó a desfilar con el grupo de la Chacra de Tridente, donde entrenaba para las carreras de endurance con mi yegua árabe LC Mandolina. En esa época aún no la había comprado y Beto Tridente me prestó a Negracha, que también compraría más adelante. Pregunté cuál era el último grupo, que veía desde lejos muy ataviado con ponchos. “Es el grupo de la Lonko María Inés Canhué”. Sorpresa. Mi mamá siempre me había hablado con respeto de los indios y en la escuela nos aprendíamos los nombres de pueblos y departamentos con toponimia mapuche o ranquel. Sostengo que en el salitral de la Laguna Don Tomás donde jugábamos con amigos de la infancia, con mi hermana, había descendientes de esos pobladores nativos. Vivían en ranchos o protecciones de cueros y nos invitaban a comer tortas fritas. Cuando volvíamos a casa con olor a rancho, Mami nos decía: “estuvieron en el salitral!”.
Esta comunidad de la Lonko Canuhe pidió reunirse con nosotros en la Secretaría, porque querían poder capacitar a sus propios guías para los sitios de interés; nada mejor, pensé y les dije, que sean ustedes quienes orienten los contenidos y nosotros los estructuramos según los módulos de nuestro Curso de Guía de Sitio de Turismo Cultural. “Perfecto,concluí, desarrollen los contenidos para cada sitio y lo hacemos”. No volvieron sobre el tema y tampoco trajeron nada. Al final de la gestión hicieron otra petición, que no alcanzamos a responder, para ser ellos no solamente los que elaboraran los contenidos sino además quienes los dictaran.
Del desierto tampoco había que hablar.
Cuando presentamos el Plan de Gestión 2019-2023 ante autoridades provinciales y público -iba a ser solamente para eso la convocatoria, pero el Gobernador sumó otro anuncio que ahora no recuerdo y que obviamente mandó al turismo a un segundo plano en las noticias- mencioné que uno de los proyectos fundamentados era un Museo del Desierto, a la vera de la RN152, como forma de valorizar la flora y la fauna de las zonas áridas y al agua como elemento vital, representada en el río Atuel que perdimos cuando en Mendoza se construyó la represa Nihuil. Al finalizar, una ex Vicegobernadora y ex Secretaria de Cultura me atajó: “No digas desierto! No es un desierto. Esa fue la excusa para apoderarse de las tierras y la especulación posterior”. Uy, qué metida de pata, pensé- voy a investigar más el tema. Tras cuatro años de gestión y mucha lectura concluí que era una forma de interpretar los hechos de la historia que se traían al presente produciendo un efecto de resentimiento por el pasado y que era enseñado así en las escuelas, motivo por el cual las actuales generaciones teníamos que pagar a los desplazados propietarios por aquel despojo; vendría a ser una deuda heredada, una culpa desde antes de nacer, como si yo hubiera sido beneficiada por Julio Argentino Roca y ahora con mis impuestos y mi actitud de arrepentimiento, debía afrontar, al igual que todos los argentinos.
Los argumentos de Alberto Garin sobre los pueblos originarios explican con gran claridad y en base a hechos, este sesgo que viene de una entelequia identitaria nacionalista. “Las corrientes revolucionarias que reivindicaban una pertenencia anterior y que se victimizaban por la conquista, es un tránsito desde la peor creación ideológica que es el nacionalismo en el siglo XIX hacia el mundo indígena hispanoamericano en el siglo XX, todas las maldades, las pesadillas, los horrores, que pudo inventar el nacionalismo del XIX con esa visión romántica que no es exclusiva de pueblos originarios en América sino que se tiene en pueblos de Europa; eso se traslada al mundo americano en el momento en que buena parte de la revolución de la izquierda hispanoamericana que busca un agente revolucionario y se da cuenta que hay una serie de grupos humanos que han vivido en el margen de las nuevas naciones iberoamericanas (da igual que sea en Centroamérica, la región andina, en Argentina), y deciden incluirlos como agentes revolucionarios, imprimiéndoles esta marca que saben que es muy seductora, que es “tú tienes una identidad propia , tienes unos derechos ancestrales, tienes unos privilegios que tienes que saber defender”. Claro, la gran contradicción que se da a la hora de querer meter esta cuña identitaria indigenista es ¿y aquellos que los mapuches más recalcitrantes ven como otros mapuches, aquellos que el resto de argentinos dicen estos deben ser mapuches, por el aspecto, se declaran asimismo no mapuches y se declaran argentinos, qué pasa con ellos? Toda esta entelequia identitaria indigenista que es el nacionalismo pervertido al máximo, se viene abajo cuando te encontras con alguien que aparentemente responde al canon de lo que tiene que ser el buen indígena y no tiene interés con la identidad indigenista. Viene de ese tránsito, viene del mundo nacionalista europeo que es el que usa estas guerras mundiales, a esa revolución constante iberoamericana de los años 50, 60, 70 , que busca un nuevo agente revolucionario que son los indígenas. Como no lo pueden captar desde la lucha de clases, desde este tipo de cosas marxistas, lo captan desde la óptica marxista”. Y con relación a ser originarios, por haber estado antes y ser heredero de algo, la Asamblea del Año XIII abolió los privilegios de sangre, es decir, ahora tenemos todos los mismos derechos civiles.
En ese video Garin y la entrevistadora, Karina Mariani, se refieren a los sitios que hay ocultos y que no se muestran al público, esgrimiendo el argumento de que se iban a llenar de turistas con el consecuente deterioro.
Afirma Garin: “los objetos de la cultura a la que considero que pertenezco, forman parte de mi grupo, pueden ser cuestiones espirituales, sagradas, no tienen que ser modificadas. ¿Qué vamos a conseguir, que mi cultura sea mejor defendida? La mejor forma de estar seguros de que una cultura se destruye, es cuando no se da a conocer, cuando se guarda en bodegas, cuando se restringe el acceso”. Pensé en el Cerro de los Viejos, un sitio arqueológico ubicado en el sudesde -departamento de Caleu Caleu, sin parangón en la provincia, localizado en 1973 por Ernesto Piana y Patricia Mancini. La página de educación oficial afirma: “El sitio es conocido por los pobladores de Cuchillo có y visitado por delegaciones de estudiantes universitarios y turistas”. No es exactamente así, ya que el sitio está dentro de un campo privado, no está disponible para turismo, no cuenta con guías capacitados y habilitados al momento de escribir este testimonio (febrero 2024). Supimos cuando elaboramos el Plan de Gestión, que Cultura había recibido un Aporte No Reembolsable Asetur[1] durante el gobierno de Mauricio Macri, y que sin dar participación a la entonces Subsecretaria de Turismo dependiente del Ministerio de Desarrollo Territorial, habían comenzado con su puesta en valor para su restauración y apertura al público.
Cerro de los Viejos continúa cerrado al público.
El 6 de septiembre de 2022, un mensaje airado en el chat de los directores de turismo de los municipios pampeanos, proveniente de Algarrobo del Aguila, una localidad del oeste, indagaba si la Secretaría de Turismo había tenido que ver con una publicación de autoría de Leando Vesco en La Nación, ya que hablaba de desierto, algo agraviante para esa funcionaria, ya que “no somos un desierto y tampoco somos la otra Patagonia”. Respondí que en la ocasión mencionada, la Secretaría no había gestionado la nota, pero que sin dudas el periodista se refería a desierto no despectivamente, sino para sumar mérito y aventura al emprendimiento de este matrimonio que había desarrollado El Tentador, sobre la RN188 y a quienes habíamos diseñado un corredor turístico a lo largo de esa ruta. También argumenté que el marketing puede usar lo que son aparentes debilidades y transformarlas en potencialidades. El desierto es en sí un desafío, y no significa que en él no hay vida, suponer eso sería el colmo de la ignorancia. El comentario del periodista cuando le conté lo sucedido fue: “qué falta de visión”.

Otro sitio que está hace años cerrado, es la Pulpería de Chacharramendi. Ya en 2019 estaba cerrada. Su ubicación es estratégica y tiene una declaratoria de la Nación como sitio cultural protegido. Una página de la UNLPam y otra de la Secretaría de Cultura dan cuenta de proyectos para el relevamiento, puesta en valor... de 2012 y 2016. ¿Y me preguntan por qué ya en 2022 le decía a quien quisiera escuchar, que no me iba a quedar en la gestión ? Me daba tremenda pena ver esos sitios ocultados, cerrados, olvidados, sin que nadie desde el poder se interesara por ellos y por ende por la comunidad donde están situados. Son faros de patrimonio que para un pueblo o pequeña ciudad pueden significar beneficios económicos y sociales concretos. Sin patrimonio en condiciones, sin comunidades involucradas, el turismo no es sostenible.

Pulería de Chacharramendi, cerrada hace años.



https://www.unlpam.edu.ar/cultura-y-extension/extension-universitaria/programas/cultura-e-identidad/peu-2012-parador-historico-chacharramendi
https://sitio.lapampa.edu.ar/index.php/cultura/destacados/noticias/item/el-gobierno-pampeano-comprometido-con-el-cuidado-del-patrimonio
[1] https://www.laarena.com.ar/la-pampa/continuan-los-trabajos-en-cerro-de-los-viejos-20221040380
[2] https://www.lanacion.com.ar/economia/la-pampa-tiene-un-corazon-de-marmol-nid151226/
Comentarios