5TA ENTREGA: RENOVAR LO CLÁSICO Y SUMAR PRODUCTOS.
DESARROLLO DE PRODUCTO
La visión que tuvimos desde el Plan de Gestión -ante un recurso con gran potencial y aprovechado muy por debajo de sus posibilidades-, fue por un lado desarrollar instrumentos en forma de capacitaciones, promoción y equipamiento para reforzar los productos tradicionales tales como el turismo rural (estancias y establecimientos), el ecoturismo (Reserva Natural Provincial Parque Luro y Parque Nacional Lihue Calel), el turismo de eventos y fiestas populares y el Mercado Artesanal; y por otro encarar la primera fase de desarrollo de productos como el Camino de las Artesanías del Oeste Pampeano, las salinas (a las que la gente accedía por su cuenta, sin guía), la Huella del Petróleo (que ya existía pero sin guías capacitados y acreditados para ingresar a instalaciones) la Red de Antiguos Almacenes de Ramos Generales, el Turismo del Vino, del Golf, el Corredor Turístico de la RN188, la Ruta de la Carne Pampeana y el Turismo Religioso con la Ruta de los Salesianos y el Padre Buodo.
La función gubernamental tiene que
traducirse en decisiones que se convierten en administrativas, dejando un
registro de lo actuado. Cada ítem detectado en el Plan de Gestión daba lugar a
una búsqueda de recursos en el sistema de cuentas públicas y contrataciones,
con procedimientos más complicados y engorrosos de lo que el común de la gente
pueda imaginar.
A los establecimientos rurales les
quedamos debiendo lo prometido por el gobernador Ziliotto, ante Javier Araujo
del Hotel Rural La Pampeana, en la vendimia 2020. Frente a la descripción de
los altos costos de la electricidad en los establecimientos de turismo rural y
la imposibilidad de que las cooperativas consideraran la situación, el
gobernador ordenó buscar una forma de resolver el problema, mencionando la
energía solar. Pasado poco tiempo, Matías Toso, Secretario de Energía y
Minería, me avisó que iban a licitar 10 de esos equipos para distribuir a los
establecimientos que resultaran de una evaluación en la que Turismo tenía que
aportar los criterios de selección. Me pasé el resto de la gestión preguntando
cómo iba el expediente, a todo aquel que pudiera darle un empujón. Locas
ilusiones.
Con el Parque Nacional Lihué Calel no
pudimos avanzar en un programa de desarrollo de servicios, debido en principio
al cierre por la pandemia. Otra gran limitante fue y sigue siendo la Ruta
Nacional 152 y su mal estado crónico, sumado a la falta, no ya de equipamiento,
sino de infraestructura en el Parque. En vano fueron los intentos por encaminar
alguna gestión para el pase a Parques Nacionales o a la provincia, de la
hostería del Automóvil Club abandonada en la zona contigua al parque, al
costado de la ruta. Está en posesión del municipio de Puelches y sigue
abandonada.
El
Camino de las Artesanías del Oeste Pampeano
Mientras el grupo se distendía luego
de los discursos y reconocimientos, en la sede del Mercado Artesanal de Santa
Isabel, alguien se acercó y me dijo: “Vos viste lo que organizó Fulanita?
Está reunida con Yanina y los intendentes, armo un VIP adelante”. No lo
sabíamos. A esa altura el diálogo con esa Subsecretaria ya tenía muchas
interferencias. Resignada, me dirigí a la pequeña habitación y entré sonriendo
como si hubiera sido la organizadora, integrándome al diálogo. Justo había
ingresado Martín Berhongaray y estaban hablando del río Atuel.
La Ruta de las Artesanías del Oeste
Pampeano fue un producto elaborado e inaugurado durante la pandemia, el
primero. Con la Dirección de Producciones Artesanales se relevó cada lugar
donde el turista pudiera detenerse y admirar artesanía original y auténtica en
el sentido del uso de materiales y proceso creación. La consigna fue que en
cada lugar hubiera una dirección adonde acudir, un whatsap donde informarse
sobre los servicios en el pueblo y la posibilidad de comprar una artesanía.
Obviamente, primaban los tejidos de
telar, pero también había cerámica, madera, platería y trenzado. Delegué
las tareas limitándome a supervisar y opinar sobre lo más saliente. La
inauguración fue en Santa Isabel, donde hay una subsede del Mercado, con la
presencia de los intendentes y de la invitada especial, la Secretaria de
Turismo Yanina Martínez. En el acto inaugural, Yanina estuvo cálida y mostró
cercanía -pese a la pandemia, tapaboca mediante- con todas las artesanas que
habían participado, algunas de la cuales recibirían un reconocimiento de la
Secretaría en representación del Gobierno Provincial. La llevamos en el avión
de la Gobernación, que había autorizado la Secretaría General. Como sucedió en
todos los actos que organizamos a lo largo de la gestión, el Gobernador no
acudió, aunque recibió a Yanina en la Casa de Gobierno.
El Mercado Artesanal en la FIT 2021
“Hola Adri, cómo andás? Vas a
Fitur? Viste que estamos abriendo un hotel boutique en Zarratón, Logroño,
Rioja. Estamos muy en contacto con los productores de la región y con el
Alcalde. Queremos proponerte hermanar a Zarratón con 25 de Mayo, donde está la
Bodega del Desierto y a partir de allí hacer promoción cruzada y acciones de
cooperación. Acá hay una comunidad de regantes que usa tecnología de punta”.
“Claro” -respondí a la pregunta
de mi amigo Carlos Montedoro, agente de viajes, ex compañero de facultad-. “Sería
fantástico. Dejame que lo hable con el Intendente de 25 de Mayo”. El
Intendente no dudó en acompañar la iniciativa. Fui a Fitur, luego a Zarratón,
llevando el vino pampeano no sólo de la Bodega del Desierto. Invité al Alcalde
a visitar 25 de Mayo: “Sólo tiene que llegar a Buenos Aires, a partir de
allí es nuestro invitado”. Zarratón es un pequeño pueblo en la Ruta del
Camino de Santiago, muy bello, poco visitado por el turismo masivo, diría que
casi nada, algo que lo emparentaba con 25 de Mayo que también es una localidad
de turismo emergente y tiene una comunidad de regantes con tecnología de punta.
La irrupción de la pandemia hizo lo suyo y confieso que la reactivación y le
necesidad de recuperar el tiempo perdido nos hizo reprogramar prioridades para
privilegiar lo que sí o sí debíamos hacer y no retomamos lo del hermanamiento.
La gran buena nueva para el turismo
pampeano es sin dudas la producción vitivinícola. En 2019 no había ninguna
bodega abierta al turismo, estábamos en una etapa larval en ese aspecto, pero ya
con una historia detrás para comenzar a andar. Habíamos visitado la Bodega
Lejanía y la Bodega del Desierto. Lejanía, en Gobernador Duval, abría las
puertas a visitantes, pero simplemente para que recorrieran, y quien estaba a
cargo les explicara lo básico de la producción y algo de la historia. No había
planes de acondicionar un show-room o un salón de degustaciones, ni de
capacitar a alguien del personal para recibir al turista. Nos referían que la
Bodega del Desierto había comenzado pero que se había detenido en su proyecto
enoturístico. Las dos bodegas restantes, Quietud en Santa Rosa y Estilo 152 en
Genera Acha, no avizoraban todavía una relación con el turismo. Hablamos mucho
con Ricardo Juan, propietario de la Bodega Quietud, poseedor de una visión
amplia, conocedor y protagonista junto con otros pioneros de la vitivinicultura
pampeana, uno de los creadores de la Cámara Vitivinícola. Tanto él como Enrique
Schmidt, titular del Ente del Río Colorado, apoyaron la participación de
turismo como una forma de promoción adicional más allá de la producción
propiamente dicha. Todavía en pandemia, Ricardo aceptó participar conmigo en el
Foro del Ministerio de Turismo y Deportes sobre Turismo del Vino, en San Juan.
En abril del 2022 organizamos el Primero Encuentro del Turismo del Vino
Pampeano, donde quien participaba por Nación, un mendocino, nos dijo: “Ustedes
tienen turismo con visita a una bodega, por ahora no pueden hablar de turismo
del vino”. Imposible hablar de una ruta Duval (bodega)-Casa de Piedra
(viñedos)-25 de Mayo (viñedos) por la falta de asfalto entre estas localidades
y el mal estado de las rutas. Los
enviados del Ministerio de Turismo visitaron Quietud y Estilo 152. Por
cuestiones de agenda, no les daba el tiempo para visitar Lejanía. Los comienzos
son así, hay que hacer como si (fake it, fake it until you make it o
pretenderlo hasta obtenerlo), hay que apechugar y pedirle a la gente que se
la crea, que por más que hayan empezado a hacer vino en un garage, ya eso es
una experiencia en la que el turista apreciará escuchar cómo empezaron, qué
dificultades vencieron, cómo imaginan que el proyecto podrá crecer. En 2023, ya
en las postrimerías, logramos que dos bodegas recibieran fondos para
acondicionar su sala de degustación. Quien influyó para que ello sucediera, en
Buenos Aires, fue Sergio Keko Castro, Director Nacional de Planificación
Turística, quien junto con el funcionario mendocino, había disertado en nuestro
1er Encuentro de Turismo del Vino Pampeano y habían visitado Quietud y Estilo
152.
Salinas y Huella del Petróleo
“¿Por qué no está la sal para que el público se lleve?”, pregunté ofuscada, mientras sentía que me miraban con cara de nada. Para la FIT 2022 habíamos planeado llevar una bolsa de sal gruesa, habíamos hecho fabricar bolsitas biodegradables con la leyenda LA PAMPA, EL SABOR DE LA PATAGONIA (una idea de Javier Araujo, el chef y propietario del Hotel Rural La Pampeana) para que la gente llenara su bolsita de sal como souvenir. Era económico y estaba segura que iba a llamar la atención. Revisé el depósito del stand y hablé con Ariel Vázquez, que estaba en el escritorio al público del stand de la Secretaría en la FIT, y me di cuenta de que no le habían indicado que llevara cucharita para meter la sal en la bolsita y que la sal que habían llevado estaba hecha terrones. Nadie había asumido esas simples responsabilidades, en un organismo con dos subsecretarías, una dirección que llevaba muchas ferias en su haber y a la cual se le había dado la instrucción precisa, y una subdirección. Cuando no creían en algo o no se les daba la gana, simplemente no lo hacían, diluyendo la responsabilidad entre varios. Lo tomaba como la tremenda resistencia al cambio y a mi falta de liderazgo para convencerlos. Elegía ser benévola en mis juicios para no tomarlo de forma personal. Ordené que pusieran los terrones de sal apelmazados: la gente hacía cola para llevarse un pedacito de nuestras salinas. Les dije: “Vieron que funciona?”. En la próxima ocasión de promocionar así las salinas, no debemos fallar. Es económico, participativo, divertido. Mientras la gente llena su bolsita, les contamos sobre las excursiones a las salinas.
Recordé la cara larga de un empleado de la Secretaría, profesional, -que seguía llamando "Miri" a la Directora del Ente Patagonia-, que había expresado ante sus compañeros: "Ir con stand aparte y no con el Ente Patagonia es un capricho de Adriana". Falso. Porque la decisión fue de la Secretaría General de la Gobernación. ¿Sería por eso la reticencia a colaborar?
Las salinas eran mención reiterada en
la opinión pública y en los allegados a la actividad turística en La Pampa, por
la sorpresa que producía conocer que existían. Matías Toso, titular de Energía
y Minería y su equipo continuaron con la intención que me manifestara cuando
asumimos la gestión: las dos áreas trabajamos en los relevamientos junto con
las empresas y los municipios y así logramos habilitar dos salinas, en Macachín
y en San Martín, incluyendo guías habilitados especialmente para lo cual
Minería contribuyó en las capacitaciones; además fue determinante para la
relación con las empresas, que se prestaron para colaborar con verdadero
entusiasmo. El Intendente de San Martín era en esa etapa Raúl Espir, con quien
compartimos trabajo, recorridos y presentación en FIT2023, con la presencia del
legislador Martín Berhongaray en primera fila, a quien no reparé en mencionar
en ese momento, pero que significó un apoyo manifestado al intendente de su
color político pero también a nuestra gestión, sin reparar en banderías. Raúl
Espir fallecería en una expedición en la alta montaña, dejando una impronta encomiable
en su municipio y en La Pampa, ya que era un dirigente muy valorado.
Habían pasado muchos meses desde la
inauguración de la Huella del Petróleo el 5 de febrero de 2022, donde se ve al
grupo recorriendo el circuito, en la inmensa y ventosa planicie, aún con los
barbijos que nos sacábamos para hablar por micrófono o para beber algo de
ocasión, que obviamente no incluía el mate compartido. Me encontré con una de
las guías que habíamos capacitado y luego habilitado, y con una mezcla de temor
y escepticismo le pregunté: “Tienen trabajo? Les está resultando útil la
capacitación?”. Su respuesta casi me hace estallar el corazón de alegría:
“Sí, tenemos! Estamos trabajando mucho con las escuelas”. Recordé que a esa
señora la había entrevistado cuando
preparábamos en Plan de Gestión. Recordé su pasión y la necesidad de trabajar
que me había transmitido en 2019 y sonreí, agradecida por el destino. El Curso
de Guía de Sitio de Turismo Cultural había dado sus frutos, pese a la
resistencia de los guías recibidos en nivel terciario y universitario, que lo
habían cuestionado.
“¿Viste esto?” Me preguntó una de las subsecretarias. “Sí,
qué maravilla, es el Museo de Arata”, respondí. Cada tanto me mencionaban
tal o cual almacén de ramos generales. “Organicemos una red, va a ser más
efectivo que promocionarlos por separado y además se va a poder proponer un
recorrido y actividades en común. Hablen con los propietarios y los municipios”,
dije un día, y nos pusimos manos a la obra. Una vez conformada la red, me llama
una querida colega, Cecilia Camou, a quien habíamos convocado porque dictaba
una capacitación para el servicio turístico basada en cambios al alcance de los
emprendedores, con el slogan Lo importante está en los detalles: “Adri,
vos tendrías que hablar con Leandro Vesco, es un periodista y escritor que se
dedica al interior profundo; hace notas sobre pulperías y almacenes. Te paso el
contacto”. Durante un año hablamos con Leandro por teléfono, intercambiamos
mensajes, hasta que pudo hacerse un lugar en su agenda. He aquí un ejemplo de
la rigidez provocada y mantenida por los gobiernos, es decir, por la política,
sobre la administración y sus normas: “No, la Secretaría no puede pagar
pasajes”, fue la respuesta de la Jefa de Despacho. Lo resolvíamos pidiendo al proveedor que facturara todo junto, incluyendo los pasajes
aéreos, posibilidad muchas veces rechazada porque se elevaba el costo de su
rendición a la AFIP. “Le compro yo los pasajes, después vemos si lo puedo
recuperar”, dije. Las notas de Leandro fueron más allá de los almacenes, porque
hizo un segundo viaje costeado por su sponsor empresarial y produjo una serie
de micros para redes sobre distintos atractivos de la provincia. También nos
incluyó por primera vez en su libro Rutas Argentinas, que presentó en la
librería del Ateneo, con la presencia de algunos protagonistas como el Hostal
Naicó, el Restaurante Las Dos Rutas de Padre Buodo y el Almacén del Gallego. Su
nota sobre el sándwich de jamón de Las Dos Rutas en la Revista Caníbales tuvo
récord de vistas en redes.
Comenzamos con cinco almacenes en 2020
y en 2023 se sumaron dos. Colocamos señalética y desarrollamos un pasaporte
para fomentar las visitas, que otorgaba premios a partir del tercer almacén.
Sabíamos que iba a funcionar: la gente se divertía coleccionando los sellitos y
pasaba por la Secretaría a buscar los obsequios, que siempre era algún producto
pampeano o merchandising de Turismo La Pampa.
En mis charlas iniciales prepandemia
con Ricardo Moralejo, Ministro de la Producción, habíamos compartido la visión
sobre las rutas gastronómicas de la carne, la lechería, el vino y los
chacinados. Había que crear producto turístico en torno a esos recursos que podían posicionarnos en el ámbito turístico enogastronómico como una opción para distinguirnos. El confinamiento nos exigió un cambio de estrategia, que fue
difundir los principales establecimientos poniendo el acento en la única
posibilidad, que era el delivery. Roberto Occhipinti nos ayudaba en la
confección de flyers y de videítos para redes, ya que aún no lográbamos en la
Secretaría tener a un diseñador en el equipo y lo que teníamos que hacer no
ameritaba grandes campañas, debido a las enormes restricciones que imponían los
gobiernos.
Entrado ya el otoño de 2020, los
caldenes comenzaban a ponerse grises y sus hojitas a cubrir las piletas para
molestia de sus propietarios, muchos de ellos de la zona de quintas. Todavía
estaba “la noche llena de ojos” al decir de Cortázar, cuando hacía los
ocho kilómetros desde mi casa en la zona de quintas en Toay, rumbo a la
Secretaría en el Centro Cívico de Santa Rosa. Con la ciudad aún despertando,
los funcionarios seguíamos yendo normalmente. Sin barbijo todavía, ni él ni yo,
y luego de recriminarme amablemente que
aún no había visitado su restaurante, el chef sentenció: “Pero no, La Pampa
no tiene una empanada típica” y agregó: “Además, no es un recurso
gastronómico que dé para mucho, pero se puede pensar en un concurso”. Seguí
insistiendo en que teníamos que identificar a la mejor empanada pampeana y así
participar de la contienda nacional, asegurando difusión y participación.
Lograríamos hacerlo en 2023, con la ayuda de los chefs Ricardo Belfiore, Leo
Hernández y Pepo Astolfo, y el apoyo de la Asociación Hotelero-Gastronómica,
UTHGRA y la Secretaría de Trabajo provincial. La receta debía cumplir ciertos
parámetros, definidos por el jurado, entre los que estaba la carne braseada
como sello distintivo. A la ganadora, Dalma Hurtado, de Winifreda, la
llevaríamos a la Fiesta Nacional de la Empanada en Famaillá, que por primera
vez se abría a la presencia de otras provincias. No habría un ganador, sino que
como hito inaugural el jurado haría una ponderación de lo elaborado por cada participante.
Dalma mostró, además de sus cualidades culinarias, sus virtudes personales, ya
que propuso que nos acompañara quien había obtenido el segundo puesto en el
concurso local, Jonathan Maisares de 25 de Mayo. Quedamos muy agradecidos con David
Acevedo, funcionario de turismo del municipio de Famaillá, quien en 2022 nos
visitó y a quien prometimos que La Pampa daría el presente en el concurso.
“Adriana, podés recibir al CEO del
Frigorífico Pico? Hace rato que están proponiendo algo de una ruta de la carne”, fue el pedido del secretario del Gobernador. Así
me reuní con Gastón Pellegrino una tarde-noche en la oficina, en una Santa Rosa todavía desierta por la
pandemia, para escuchar la idea que había inspirado a Tito y Alan Lowenstein a
imaginar un paralelismo con las rutas del vino, donde la vedette fuera la carne
del ganado criado y la carne procesada con determinados estándares, difíciles
de imitar por las ventajas comparativas de La Pampa. La propuesta -que
adoptamos en la Secretaria con gran entusiasmo- fue desarrollar un suerte de
club de producto con establecimientos que se referenciaran con la filosofía de
la excelencia y desde el inicio acordamos que había que dejar claro que quienes
quisieran formar parte de la ruta, no tendrían compromiso con la elección de
ninguna marca en particular sino con una calidad superior a la media. Llevamos
a autoridades y a establecimientos que deseaban involucrarse en la Ruta a la
sala de degustación que contaba con la maestría de los chefs Ricardo y Claudio Belfiore y una app para asignar
puntaje a cada corte Quienes recorrieran
la Ruta o eligieran cualquiera de los servicios en hoteles, restaurantes o
degustaciones en eventos tendrían en mente una calidad esperada y recibirían en
lo posible una calidad aumentada. Avanzamos según los altibajos que marcaba el
Ministerio de la Producción en su relación con la industria, llegando a
presentar el mapa con la red de adhesiones, una página web realizada por el
Frigorífico y un acto en la Feria Internacional de Turismo 2023 en La Rural,
con autoridades nacionales de la Marca País, que la empresa acababa de obtener.
Pueblos
con Misterio
Naicó y Hucal
En el plan habíamos previsto la
conformación de productos con los recursos disponibles: uno de ellos era el que
dimos en llamar Pueblos con Misterio, como Naicó, Hucal y Colonia San
José, relativizando el concepto de pueblos fantasma que carecía de precisión,
porque en cada uno de ellos había habitantes o impulsores de su puesta en
valor. La anterior gestión había instalado bancos en el predio de la Estación,
pero no se podía entrar porque la tranquera estaba siempre con candado.
“Te puedo pasar el contacto de la
señora que tiene la llave de la tranquera”, dijo alguien de la anterior gestión ante mis investigaciones. “Es de
Toay”. La llamé y quedé en visitarla en su casa para hablar del asunto. “Cómo
vas a ir vos? Tenés que citarla acá”, me advertían. En la sencilla casa de
pueblo de Irma, entendí que si no hubiera sido por ella, a quien yo llamaba “la
okupa”, de la Estación, no hubieran quedado ni las baldosas, como sucedió en
Hucal. Al conocer el apellido de la señora, llegó otra advertencia: “Me dice
mi mamá, que los conoce, que no te metas con los xxxx, que son de temer”.
Era inútil acudir al Ministerio de Seguridad. Al comienzo de la gestión había
pedido al Gobernador y al Secretario General, conformar una comisión entre
Turismo, Cultura, Desarrollo Social y Seguridad, para tratar el problema de
Cachirulo, que estaba totalmente intrusado, con familias con niños sumidas en
la precariedad. También para abordar Naicó, Hucal y Colonia San José, donde
había una situación de fricción entre las actividades de los peregrinos que
acudían al Santuario y unos hermanos, vecinos del pueblo. No pudimos conformar
esa comisión.
“Adriana, te llamo porque anoche se
robaron una viga gigante, del galpón de la estación y el policía ni se enteró”. El reclamo de Irma era una reiteración de hechos
de inseguridad precedentes, como hurtos de otros elementos de la Estación,
caballos sueltos o quejas por el camino en malas condiciones. Ante cada
novedad, íbamos al puesto policial a 100 metros de la estación y cuando
conseguíamos que el policía saliera a hablar con nosotros, nos recibía en
ojotas y camisa hawaiana y nos decía que eso era competencia de la Patrulla
Rural. El Ministerio de Seguridad acondicionó el puesto policial y nosotros
desde Turismo logramos que una construcción adyacente fuera licitada por Obras
Públicas para un puesto de información turística, proveeduría y sanitarios.
Empezaron, pero nunca avanzaron más que demoliendo lo irrecuperable y
levantando las paredes.
Hicimos todo lo que correspondía a Turismo,
con los medios disponibles: convocamos a Eduardo Haene, quien hizo un guión
para las visitas guiadas; colocamos cartelería; arreglamos los baños de la
estación. Desmalezábamos cuando hacía falta, reparábamos la tranquera,
colocamos dos mesas y bancos de cementos (cementados al piso para que no los
pudieran robar). Juntábamos la basura que arrojaban en derredor de la Virgen,
fuera del tambor que habíamos colocado.
“Yo con Naicó no quiero saber nada,
se los regalo con moño y todo”,
era la frase con la que el intendente de Ataliva Roca remataba los diálogos
donde le pedía que hiciera pasar la máquina porque el camino de acceso estaba
intransitable. Naicó está a pocos kilómetros de la RN35, cerca de la Reserva
Parque Luro y de la estación intrusada y caserío de Cachirulo. Inútil fue
tratar de convencerlo que por algo los periodistas hacían notas sobre el lugar,
por algo la invitación que realizamos a Leandro Vesco había rendido sus frutos,
dando visibilidad en La Nación y récord de vistas en redes sociales, al Hostal
Naicó, emprendimiento de alojamiento, gastronomía y turismo rural que venía
trabajando hacía unos años. El circuito propuesto incluía el caserío en ruinas,
la iglesia, la estación, la virgen y el cementerio. Pero los problemas ajenos
al turismo bloqueaban y frustraban cada paso que dábamos.
Logramos el visto bueno de Trenes
Argentinos para la cesión de la Estación a la provincia, tramitando el
expediente en la AABE (Agencia de Administración de Bienes del Estado) y hasta
el último día estuvimos tratando de lograr lo único que faltaba, que era la
firma del Administrador, con quien nos habíamos entrevistado en las oficinas de
Buenos Aires. Las noticias sobre cesión de propiedades a comunidades mapuches,
cooperativas y movimientos sociales eran moneda corriente, pero lo de Naicó no
pudo ser.
En 2020 con la ayuda de un colega del
Foro de Profesionales que nos hizo la conexión, logramos el sí por parte de la
máxima autoridad de Trenes Argentinos para la cesión de dos vagones que
pensábamos para Naicó y Hucal. Me remitieron a una funcionaria de la CNRT de
Santa Rosa.
“La gestión para los vagones la
tiene que encabezar la Secretaría de Cultura, porque son patrimonio histórico”, me dijo. “Pero no son para destinar a Cultura,
sino a Turismo, ya que los queremos para Centro de Informes y de Visitantes”, respondí.
Y ahí quedamos. Insistí con vehemencia y pedí a funcionarios nacionales de
confianza, pero no hubo caso. Al tiempo se publicaba en los medios una visita
de la Secretaria de Cultura a Hucal, junto con la funcionaria nacional de la
CNRT, en la que se anunciaba que el tren volvería a esa histórica estación y
que se conseguirían vagones de Trenes Argentinos. Eso nunca sucedió y tampoco
pudimos avanzar desde turismo porque nos remitían a Cultura.
Con Tito Gossio, titular de la
Asociación Hucal Despierta, firmamos un convenio de cooperación, mediante el
cual comenzamos a brindar lo que podíamos: desmalezado, pequeños arreglos, provisión
de pintura y materiales. Sitios así, sin inversión en conservación del
patrimonio, carecen de las bases más elementales para un desarrollo con
sostenibilidad económica, social y ambiental. El deterioro es desolador y la
recuperación del lugar para su puesta en turismo insumirá sumas siderales, si
se quiere atraer un flujo constante que consuma y deje recursos para la
sostenibilidad del proyecto.
Además de visitar el lugar, recibí
varias veces a la Asociación para reuniones en las que buscábamos cómo lograr
apoyo para recuperar el lugar. Esas reuniones y visitas fueron sin prensa ni anuncios: no podíamos hacerlos
porque no contábamos con los medios para recuperar el lugar y hacer lo que
corresponde desde el punto de vista técnico, como centro de atractivo turístico
dotado de servicios en condiciones. Al momento de escribir estas líneas, me alegra
saber que se ha designado a Tito Gossio como Delegado Comunal en Hucal y veo
que se difunden en videos institucionales, imágenes de la iglesia San Diego de
la Estancia Hucal. Me comunico con un miembro de la Asociación Hucal Despierta,
que me cuenta que tienen de palabra la buena voluntad de los propietarios de
abrirla a las visitas.
Un sitio va del recurso al atractivo cuando despierta motivación y curiosidad en el público que habrá de visitarlo. Para llegar a ser un producto, debe agregar valor con los servicios, el equipamiento, contar con un entorno de infraestructura y normativa adecuadas. Son los elementos del sistema que permitirán que las visitas y estadías impacten de manera positiva en lo social, económico y ambiental, beneficiando a la comunidad local.
Entre 1880 y 1915, se produjo una
explosiva expansión en la red ferroviaria argentina. Pasó de tener de 2.234 a
más de 35.000 kilómetros de longitud, transformándose, por aquel entonces, en
la más extendida de Sudamérica y la octava más extensa del mundo” (web del
Museo Roca). Hucal es el testimonio desolador de la capacidad de
autodestrucción de la riqueza de una nación, la nuestra. La Asociación Hucal
Despierta ha logrado frenar el desguace total de las ruinas que quedaron y
organizar actividades, pero la inversión que requiere el sitio para su puesta
en valor y aprovechamiento turístico es enorme. Hasta ahora no ha existido la decisión
política del gobierno provincial en su máximo nivel.
Turismo
Religioso. Los salesianos y San José.
“Quisiera hacer un Vía Crucis,
Lucis o Christi, con la cruces que están guardadas en el depósito del
cementerio. Podría ser un recorrido alrededor del Santuario”, decía la Hermana María Esther Cortabarría,
salesiana a cargo del Santuario de San José, siempre plena de energía y
creatividad. “Qué buena idea, Hermana, cómo podemos ayudar?”. La idea se tornó de imposible concreción, por
más que le pusimos onda. La entonces Intendente de Colonia Barón, de donde
depende la colonia San José, no quería saber nada con abrir el depósito: aducía
que se iban a enojar los hermanos xxx, vecinos del lugar, molestos por la
afluencia de turistas en procesión en ciertas fechas especiales. No eran los
únicos vecinos, pero casi. La Colonia tuvo una involución en su población como
muchos otros parajes de La Pampa. Sin embargo la Iglesia permaneció como lugar
de peregrinaje y devoción, al punto que su popularidad la hizo merecedora de la
categoría de Santuario. El trazado del pueblo se mantenía intacto, marcados sus
límites por grandes cruces, testimonio de la religiosidad de los colonos
alemanes del Volga. Quienes conocían los detalles de la discordia, afirmaban
que los disconformes era un hombre y una mujer, hermanos, que no estaban bien
de la cabeza, que pinchaban las ruedas de los vehículos que estacionaban cerca
de su casa en los días festivos y que él andaba con una motosierra asustando a
la gente. La Intendente les tenía miedo y no quería saber nada con escuchar a
la Hermana María Esther. Tenía un proyecto -que concretó, lamentablemente- para
hacer una plaza frente a la Iglesia. Me reuní toda una mañana con ella y le
comenté que las colonias alemanas no tenían plaza, es decir, no tenían el
damero típico de la colonización española. “Eso dicen, pero no me importa.
Yo la plaza la voy a hacer igual". Y así un capricho de una intendente
rompió el trazado original de una colonia histórica. Los municipios tienen un
rol fundamental en la protección del patrimonio construido y pueden hacer mucho
para preservar sus cascos históricos y la memoria de los pioneros y fundadores,
logrando un ambiente de evocación que es muy buscado por los turistas. En un
pueblo del norte, donde estaban recuperando la estación del tren, vi que habían
hecho, en la plazoleta frente al edificio principal, una fuente de agua.
Pregunté el motivo y la respuesta de la empleada municipal fue: “Es que a la
Intendenta (sic) le encantan las fuentes”. Continué indagando hasta que
alguien del gobierno provincial me dijo, con tono de no molestes: “Esteeee….
a veces hay proveedores … en fin, y se ven las mismas fuentes o artefactos en
varios pueblos”.
Los titubeos no eran el estilo de la
religiosa María Esther, por suerte. Ya había terminado la Casa del Peregrino e
iba por más: con ayudas que ella misma gestionaba, asistida por sus servidores,
en pocos meses, aquel 2021 de pandemia que por suerte ya se iba, inauguró la
Carpintería de San José, con las imágenes del Santo y del Niño vestidos, en
plena tarea junto a una mesa de carpintero antigua, realizadas por un artista
de la provincia de Buenos Aires. Lo
último que emprendió, con increíbles resultados, fue la colección de objetos
litúrgicos que acompañan la biblioteca con gran cantidad de volúmenes antiguos
en alemán. Un recurso maravilloso para
trabajar en bien del turismo religioso, pero amenazado por la falta de recursos
que los gobiernos de La Pampa, que pese a haberlo declarado patrimonio
provincial, ejercían al parecer deliberadamente (otra explicación no le hallaba
a la cuestión). Las ayudas que me permitía mi presupuesto iban desde asumir el
alquiler del sonido en las misas al aire libre en ocasión de las
peregrinaciones, hasta confeccionar cartelería y folletos, además de la
difusión de las convocatorias. El mantenimiento, restauración y conservación
del patrimonio estaba vedado a las competencias de mi cartera.
El Santuario de San José en la Colonia
del mismo nombre, a 90 kilómetros al norte de Santa Rosa, entre Colonia Barón
y Villa Mirasol, es el lugar de peregrinación más importante
de la provincia.
En cuanto a la herencia salesiana en la provincia, en el
ámbito turístico hay para recrear rutas, mostrar capillas y obras de arte,
celebrar fechas y recordar la obra que realizaron y aun realizan en materia de
educación. Se destaca la figura del Padre Angel Buodo entre tantos misioneros y
sacerdotes cuyas vidas y obras están muy documentadas, afortunadamente,
permitiendo la reconstrucción de sus recorridos incansables por el Territorio
de la Pampa Central. Su figura permite cierto paralelismo con el Santo Cura
Brochero, quien nos inspiró un diseño del perfil de Buodo, con el charret y las
mulas y como fondo un inmenso sol. La investigadora de la UNLPam, Ana Rodríguez
y su equipo, proveyó a la Secretaría del material para fundamentar el
desarrollo del producto turismo religioso y rutas salesianas. Hay cantidad de
información y documentos disponibles, pero no hay más que ir a Padre Buodo
(RN35 y RN152), ver la capilla, las mayólicas, la pequeña estatuilla de María
Auxiliadora, el enorme cartel de salesianos oxidado y retorcido por el viento
que hasta el año pasado estaba en la plazoleta del monumento, para hacerse una
idea de las postergaciones e indiferencia que han sufrido. El hecho de que la
capilla esté en un terreno en disputa por una sucesión no le impide a la
provincia su restauración y cuidado, ya que está en la lista del patrimonio
provincial. Pry ero esas excusas venían como anillo al dedo a la burocracia
cultural.
Las limitantes de un destino emergente
están magistralmente expuestas en el caso del turismo de fe, ya que falta lo
más elemental, que es el cuidado del patrimonio. Los operadores y
administradores del sistema se encuentran ante la doble tarea de motivar y a la
vez subsanar inconvenientes, ausencia de servicio, rutas en mal estado, falta
de conectividad, y a veces hasta una promoción que desde el Estado, insta a
visitar sitios cerrados o inaccesibles al público. Quien llegue a la Mesa de
Informes de la Secretaría de Turismo a preguntar por excursiones regulares o
programadas especialmente a estos sitios, se encontrará con la información para
llegar por el transporte regular a veces hasta un lugar cercano o -a lo sumo-
las coordenadas para llegar en vehículo. El subsector de las agencias de viajes
no ha logrado desarrollar producto en torno a los principales atractivos de la
provincia, ni siquiera en torno a la Reserva Natural Parque Luro: en la
temporada más importante (de avistaje de ciervos en brama), no hay buses
regulares ni excursiones especiales, simplemente porque el volumen de visitas
no lo amerita. El volumen no crece porque ni los gobiernos ni el sector privado
y profesional se organiza tras una decidida campaña de promoción. ¿Qué es primero, el huevo o la gallina? Desde
una perspectiva filosófica, la pregunta a menudo se utiliza como una paradoja
para reflexionar sobre la causalidad y el origen de las cosas, diría la
inteligencia artificial.
Se calcula que 330 millones de personas viajan cada año por motivos religiosos, según la Organización Mundial del Turismo de la ONU, lo que constituye un mercado importante para los países con atractivos de valor espiritual o sagrado. Estos viajes incluyen peregrinaciones, así como visitas turísticas a importantes lugares históricos y religiosos a lo largo del año. Además, un estudio de 2017 informó de que alrededor del 25 % de los viajeros expresaron interés en esta forma de turismo, ya sea por razones espirituales o no espirituales.
Se
prevé que los ingresos mundiales del turismo religioso asciendan a 15.100
millones de dólares en 2023, según la empresa de análisis de mercado Future Market
Insights, y esta cifra podría alcanzar los 41.000 millones de dólares en
2033.
Además de apoyar la
creación de empleo y las economías locales, el turismo religioso está
contribuyendo a estimular la inversión en infraestructuras logísticas,
conservación y una mayor oferta recreativa en todo el mundo.
https://www.atalayar.com/articulo/economia-y-empresas/trayectoria-crecimiento-turismo-religioso-mercados-clave/20230518152016184940.html#:~:text=Se%20calcula%20que%20330%20millones,de%20valor%20espiritual%20o%20sagrado.
“Tenemos dos canchas de golf y pronto
habrá una más, te invito a conocerlas”, le dije. Ricardo Sosa es un santiagueño de importante contextura física,
alto y de peinado engominado. Había sido designado Secretario Ejecutivo del
Inprotur en la gestión de Alberto Fernández. Me miró desde lo alto con ojos de
sonrisa y la mascarilla dejó escuchar su respuesta: “Pero claro que vamos a
ir, hay que ver la agenda”. Antes, Ariel Donatucci, responsable de turismo
deportivo en el Inprotur había asegurado: “Si Ricardo aprueba, allí
estaremos”. Fue en Fitur del año 2021, celebrado en mayo extraordinarimente
a causa de la pandemia. Las imágenes gigantes de La Pampa se proyectaban una y
otra vez en el stand de Argentina,
mostrando a la Escuadra Pampa Mía, los campos de girasoles, los asados, los
gauchos con guitarras junto al fogón, los viñedos, el Hotel Rural La Pampeana,
el Hotel & Spa La Campiña desde un dron, la estancia Nehuen Mapu, los
ciervos en brama y muchos otros flashes de nuestra oferta turística. Ese año la
Argentina recibió el premio al mejor
stand. Predominaban el blanco satinado, los brillos plateados y los grandes
espacios. Ricardo, Ariel Donatucci, Pablo Sismanian y el público de operadores
convocados, asistieron en el auditorio del primer piso del stand, a la
presentación de La Pampa. “Muy bueno Adriana, te felicito” dijo Ricardo
y chicaneó: “y gracias por usar una chacarera santiagueña en algún pasaje
del video”. Devolví el cumplido: “La chacarera es de todos”.
En 2023, pese a que Ricardo no pudo
venir, envió a un equipo de productores conducido por Diego Blejer, que
visitaron las dos canchas de golf y entrevistaron a los protagonistas, incluido
Ricardo Belfiore que había comenzado con su restaurante Hoyo 19 en Trisquelia,
lo que dio pie a conectar con la Ruta de la Carne que estábamos desarrollando
con el Frigorífico Pico. Las notas se pasaron en Argentina Golf Destination. https://www.youtube.com/watch?v=BIaZwlOOq4E.
Alcanzamos a hacer un folleto sobre golf con los planos y descripciones de cada
cancha: Santa Rosa, General Pico, Macachín.
Turismo de Salud – Termalismo
Para la elaboración del plan de
gestión, entrevistamos al Intendente de Bernardo Larroudé, donde están las
termas que a diferencia de Guatraché, permanecían brindando servicios en su
centro municipal. Fue esperanzador, ya que en ese momento había dos iniciativas
de nuevos hoteles, uno en construcción que quedó trunco en la pandemia. El
termalismo en todo el país fue muy golpeado. Luego, ya en pospandemia, el sitio
reportaba problemas con el conducto del agua termal, que requerían una
inversión importante con ayuda de la provincia. El intendente se manejaba
directamente con el Gobernador y el referente de turismo nos tenía al tanto de
las novedades. Fue un gran avance la obra para techar una de las piletas, lograda
mediante el programa de Nación, Argentina Hace y con la provincia aportando
para la climatización. El destino requiere de inversiones para alojamiento y
restauración de calidad, a tono con la demanda de sitios para el wellness y el
turismo de bienestar, para poder escalar y ampliar la oferta, si bien cuenta
con el Hotel Las Termas, con reportes positivos en redes. No hubo ninguna
respuesta a la invitación que formulábamos desde la Subdirección de Municipios
Turísticos, para cumplir con los requisitos de la declaratoria como tal,
contemplada por la ley provincial de turismo, sancionada con anterioridad a mi
gestión y en la elaboración de la cual no intervine.
En cuando a Guatraché, el complejo permanece
cerrado hace años y su recuperación está a cargo del Municipio. Las propiedades
del barro son extraordinarias según describen los expertos. Lo subraya siempre
Teresita Van Strate aludiendo a su aprovechamiento turístico. Los reportes en
Trip Advisor y otros sitios son de regular para abajo. Sin embargo el entorno
es extraordinario, con caldenal, avifauna acuática, con gran posibilidad para
el relax y el avistaje de fauna y la proximidad de la Colonia Menonita. Una
oportunidad perdida, para el turismo pampeano, seguramente por motivos
diversos.
En 2013, el Global Wellness Institute (GWI) presentó la edición inaugural del informe Global Wellness Tourism Economy, un estudio pionero que definió los parámetros y características del emergente sector del turismo de bienestar, estimó su tamaño global y destacó sus impactos económicos de gran alcance. En ese informe, GWI midió por primera vez el turismo de bienestar en $439 mil millones en 2012. Desde entonces, el bienestar se ha convertido en una fuerza importante en el mercado turístico global, con los gastos en turismo de bienestar alcanzando los $720 mil millones en 2019 (seguido de una recesión en 2020 debido a la pandemia). Antes de la pandemia, el turismo de bienestar había crecido consistentemente mucho más rápido que el turismo regular. Se espera que el crecimiento del turismo de bienestar se acelere en los próximos años con el resurgimiento de las actividades turísticas post-pandemia, y que se recupere completamente y supere sus niveles pre-pandemia en 2023. [Nota: los datos más recientes sobre turismo de bienestar del GWI se pueden encontrar en: Wellness Economy Data Series.]
Corredor
Turístico de la Ruta Nacional 188
“Cómo que pasaste?” preguntó Javier
Araujo, del Hotel Rural La Pampeana, multipremiado. “Sí, Javier, relevamos toda
la 188, como acordamos en el taller en Realicó. Pasamos por tu hotel pero no
salió nadie y no quisimos molestar”. Enorme posibilidad la que ofrece este
corredor casi en el límite norte de La Pampa con Córdoba, en el que podría
formarse una red o consorcio para realizar promociones a lo largo de la RN188 y
su zona de influencia, ya que hay localidades como Intendente Alvear o Ing
Luiggi que no están a la vera de la ruta pero que por su importancia pueden
motivar un desvío para descubrir atractivos como el auto que perteneció a
Marcelo T. de Alvear, disfrutar de un partido de polo, de buena gastronomía o de
una fiesta popular. Relevamos cada localidad con María Eugenia Debans y Gonzalo
Navarro, luego del taller que nos reunió en Realicó con los referentes públicos
y privados del corredor. Desde Larroudé hasta Rancul, el recorrido está
jalonado de pueblos rurales y una ciudad, Realicó, a mitad del recorrido, como
centro de servicios, con atractivos culturales y ahora con el recientemente
inaugurado Hotel Bel Posto . En un extremo, las termas de Bernardo Larroudé y
en el otro, en Rancul, pueblo natal de Alberto Cortez, la Posada Mamull Mapú y
el Almacén El Tentador, que sumamos a la Red, porque aún no siendo
originalmente un almacén, sus dueños lo han ambientado de tal manera, han
reunido tales colecciones de productos y objetos vintage, que es una cápsula
del tiempo, como los antiguos comercios que aún perduran.
Almacén El Tentador, en Rancul.
Folleto del Corredor de la RN188
El turismo cinegético
“Hola Adri, cómo estás, todo bien?” preguntó en el celu el Subsecretario General de
la Gobernación. “Che, en qué quedó la declaratoria que iban a hacer sobre el
turismo cinegético?”. “La hicimos”, respondí. “Ustedes quedaron en que
iban a enviar un proyecto de ley a la Legislatura pero no sé si lo hicieron”.
La resolución emitida con mi firma declaraba de interés de la Secretaría al
turismo cinegético, pero había pasado como un año desde que, a raíz de un
reclamo de los cazadores que usan jauría, el tema había estado en los medios.
No hacía mención a qué tipo de turista cinegético era el protagonista de la
modalidad. La caza con perros no es turística como lo es la modalidad con armas
de largo alcance. Es violenta desde un punto de vista subjetivo, hiere la
sensibilidad de muchos y más bien espanta a la opinión pública, aunque tiene
sus fanáticos. Pero ese día, el llamado apuntaba a ver qué más podíamos hacer
desde turismo para descomprimir la situación porque los llamados perreros
de las cacerías estaban en la explanada de la Casa de Gobierno con bombos y
pancartas. “Me imagino que no se harán problema por esto, no son tantos
manifestantes y en cambio la opinión pública en general está en contra
de la caza con jauría”, fue mi reflexión retórica. “Es la manifestación
más numerosa desde que gobierna Ziliotto” fue la respuesta. La anécdota
pinta la forma espasmódica de tapar un problema menor que a corto plazo va a
volver a surgir, acudiendo a turismo, es decir, usando al turismo como una
curita momentánea pero sin profundizar en la complejidad del problema. También
describe una alianza de gente del poder de turno con un grupo minoritario pero
-imagino yo- rayano en lo lumpen, como se puede ver en las rutas y caminos
vecinales pampeanos cuando te cruzás con una camioneta vapuleada, a veces sin
luces, con perros encerrados en la caja trasera enrejada. La Cámara Civil había
declarado la inconstitucionalidad del artículo 26 del decreto reglamentario de
la ley 1194, que habilitaba la caza deportiva con jauría, por resultar
contraria a la ley 14136 que prohíbe el maltrato animal. Pero el gobierno
provincial presentó un recurso extraordinario
contra la sentencia de la Cámara de Apelaciones y el caso se resolvió a
favor de la caza con jauría[1]. Los cazadores que practican esa actividad
aducen que forma parte de la tradición y del acervo cultural pampeano.
Todavía recuerdo el logo del ciervo bramando que había instalado en los 70 y 80 el organismo de turismo de entonces en La Pampa y que decía “Descubra La Pampa… tiene más”. Éramos una provincia identificada con la caza, actividad que aún no tenía mala prensa y se promovía incluso desde el ámbito nacional. Ese tipo de promoción se detuvo cuando asumió Enrique Meyer, al parecer, contrario a la caza. Durante la gestión nos preocupamos por no ignorar ni demonizar a la actividad, en definitiva un segmento de la demanda turística, el único con perfil internacional y en parte de alta gama, lamentablemente sin muchos vasos comunicantes con el resto del sector turístico. La asociación, que conducía Gustavo Roncaglione, tomó nuestra sugerencia de denominarse “de turismo cinegético”, para, aunque más no fuera desde lo verbal, clasificarlo de manera que pudiera percibirse su aporte a la economía provincial. A eso queríamos sumar el aporte ambiental, dado que las poblaciones de ciervos y jabalíes, especies exóticas, crecerían sin control causando aún más daño al ambiente. Le sugerí que trataran de denominar a los cotos. reservas faunísticas, comprometiéndose a la elaboración de planes de manejo y también que analizáramos por qué en La Pampa no había emprendedores que aprovecharan la carne de ciervo, la de jabalí y otras, para conservas, artículos que los turistas siempre buscan.
Uno de los temas que habíamos conversado con el entonces Ministro de la Producción era lograr que los envasados de escabeche de ciervo, vizcacha, etc., pudieran circular fuera de la provincia. Hasta me animé a proponerle que la Reserva Parque Luro debía manejar su población de ciervos sobre todo porque eran un recurso maravilloso desde el punto de vista turístico; él lo sabía perfectamente, pero no había podido implementarlo. Se trataba según mi visión, de monitorear los ejemplares e ir separando los de más edad, para cederlos a los cotos, aprovechando los más vistosos para el producto de avistaje de ciervos en brama. Además, hacer de ese proceso, en sí mismo, una experiencia turística, explicándolo y compartiendo los resultados con la opinión pública. No pudimos avanzar, pero era muy interesante y abierta la charla con ese Ministro. Cuando Moralejo renunció, fui a presentarme a la nueva ministra y le llevé la caja que habíamos diseñado, en la que colocábamos conservas, vinos y merchandising, para proponerle conformar una partida de productos pampeanos a promover. Sacó un frasco y soltó una risa, luego de la cual me explicó que el escabeche de vizcacha no tenía permiso para salir de la provincia. Era un detalle que se podía subsanar pero que en definitiva dependía de su ministerio y no del mío. Esas paradojas hacían que de ciertos temas no se hablara o que alguien te advirtiera que no los abordaras, como el de la caza y el furtivismo que había a granel con la vista gorda de algunos responsables de las áreas.
En una fiesta de una asociación de
cazadores, ya en las postrimerías de la gestión y con la presencia de la
Ministra de la Producción -de quien depende la habilitación de cotos, campos y
guías de caza- , se entregaron muchas distinciones con decenas de cornamentas
de ciervos y colmillos de jabalíes como
parte del decorado; cuando una
funcionaria de mi cartera, vio las fotos del evento, me dijo: “Antes con mis
padres íbamos a esta fiesta… pero premian a furtivos que incluso han entrado a
cazar en nuestro campo”.
Cuando el vuelo de Aerolíneas
Argentinas hacía escala en Río Cuarto, conversé con un matrimonio que bajaba en
ese destino y al comentar mi procedencia, el señor (no la señora) dijo: “La
Pampa… una provincia que no me gustaría conocer”. Pregunté el motivo, con
cara de compungida. “Por lo que le hacen a los perros. Los hacen cazar y
muchos terminan tirados, destripados”. Qué tierna imagen hemos sabido
cultivar, pensé. Menos mal que no agregó lo que escuché tantas veces: “Y los
cosen ahí mismo”.
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