LO BASICO: INFORMACION AL PASAJERO, TRANSPARENCIA EN LA ELECCION DE PRESTADORES


En los mecanismos de defensa de los derechos del consumidor, la información juega un rol clave. Si no conocemos nuestros derechos, ni cómo hacer para accionar en su defensa, estaremos inermes cuando sean violados. Norberto Bobbio, el gran jurista italiano, sostenía que “…sin derechos del hombre reconocidos y protegidos no hay democracia; sin democracia no se dan las condiciones mínimas para la solución pacífica de los conflictos. En otras palabras, la democracia es la sociedad de los ciudadanos, y los súbditos se convierten en ciudadanos cuando les son reconocidos algunos derechos fundamentales” (Teoría generale della política). Esto recordábamos transitando el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, y constatando que no hay un solo folleto que indique al pasajero cómo proceder en caso de una demora o cancelación, o la pérdida de su pasaporte. La página web de AA2000 ofrece en su menú el ítem “preguntas frecuentes”, las siguientes:
¿Cuáles son los precios y promociones de pasajes, destinos y frecuencias de las líneas aéreas? ¿Cuándo parten y arriban los vuelos? ¿Con quién contactarse en caso de pérdida de valijas o equipaje? ¿Cuáles son los impuestos que cobra la Aduana? ¿Cuáles son los trámites que se deben realizar para transportar animales? ¿Cómo saber cuál es el exceso de equipaje? ¿Cómo trasladar el equipaje dentro del aeropuerto? ¿Cuáles son los horarios de las casas de cambio? ¿Debo pagar la Tasa de Uso Aeroportuario (TUA) en el aeropuerto? ¿Qué es la tasa de ingreso o reciprocidad?
PERO... nos llamó la atención no encontrar nada acerca de: retrasos, cancelaciones de vuelo y sobreventa de pasajes, contrato de transporte, derecho a compensación, responsabilidad de las líneas aéreas en caso de accidentes, derecho a atención, etc. Nada en Internet, nada impreso al alcance de los pasajeros.
Otro tema es llegar y salir de Ezeiza. Los ciudadanos no podemos gozar del derecho básico y fundamental del trasporte público eficiente (por favor no me digan que va la línea 86…) como el tren y el subterráneo. ¿Y qué pasa al llegar? Al salir de la manga, pasamos por una zona con puestos de remises. Desde distintas ventanillas, por los micrófonos, nos gritan: “Señora, necesita remise?” varias veces. Al salir de esa zona, entramos a otro hall, ya en contacto con el mundo exterior, en el centro del cual domina una casilla de taxis y remises. ¿Por qué esa empresa y no otra? ¿Y qué pasa si tomo un taxi afuera? Mucho mejor, más igualitario para empresas y pasajeros, sería un línea de taxis debidamente controlados, en fila, esperando para llevarnos a la ciudad. Por lo menos, hasta dentro de unas décadas en que quizás contemos con trenes y buses dignos.

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