DOMA DE CABALLO DE POLO - Vale la pena, se aprende de la doma en general y se entiende mejor al caballo.

En 1994 durante su serie de conferencias, la Asociación Argentina de Criadores de Caballos de Polo (AACCP), reunió a los domadores Martín Hardoy y Lorenzo Güiraldes, y al criador Alberto Pedro Heguy, para tratar la doma del caballo de polo, entrenamiento y alimentación durante la temporada de polo. A pesar del tiempo transcurrido sus conceptos no han perdido vigencia:

MARTÍN HARDOYEn la actualidad existe una gran expectativa por parte de los criadores con respecto a los productos que pueden obtener. Cada vez es más grande el problema de la gente con sus domadores, son muy pocos los que tienen empleados y personal idóneo en el campo y la gestión de caballos cada día da un balance más negativo económicamente.

En general todas las tareas que hacen al caballo de polo dan menos beneficios, pero tal vez sea ésta la más perjudicada. El problema en general es encontrar una persona que sea capaz de domar.

De los jinetes de campo aprendí el sistema de doma tradicional, que es el que se utiliza en los países rioplatenses.

Como pude domar en ese sistema, creo que tuve los mismos problemas de los que actualmente lo practican. Comencé a informarme para tratar de encontrarle solución a esos problemas que no podía resolver, y que tampoco mis profesores me aportaban salidas.

Cuando un caballo me salía duro, me contestaban que debíamos tirarlo nuevamente de la boca, y si al hacerlo no conseguía el resultado que quería, seguramente la culpa era mía.

Entonces comencé a buscar en la técnica antigua, mucho más vieja que la diversión misma. Digo ésto porque hoy estamos juntos en una Asociación donde pensamos en el caballo de polo, y finalmente nuestro objetivo va dirigido para mucha gente que ve en el polo una diversión y para algunos menos, un medio de vida. Pero en definitiva, se inicia todo con una gran diversión, con un juego.

La equitación por sí misma se desarrolló en el tiempo no como un juego, sino como un elemento de guerra, y el caballo significaba el vivir o el morir del caballero que iba arriba.

Esos caballeros generalmente iban adelante de sus tropas siendo los más importantes, por lo que su equitación y sus caballos recibían un cuidado y una enseñanza muy especial, que les llevó cientos de años desarrollarla.

La historia de la equitación rioplatense es mucho más nueva que la europea, por lo tanto, fui a esa equitación europea. Hice adiestramiento, dressage, leí toda la información que tenía a mi alcance.

En ningún lugar encontré el famoso "tirar de la boca", sin embargo conocí a un señor que explica como enseñarle al caballo a parar, tirándole de la rienda y entregándosela para crear ese reflejo.

En vez de tirar nuevamente de la boca, cuando un caballo me salía duro, comencé a probar estas nuevas técnicas, que en realidad tienen cientos de años. Probé en primera medida con este sistema de reflejo condicionado para que pare, y la realidad es que los caballos comenzaron a parar.

Pero en esto de la equitación como dice el español Álvaro Domeqc, no existe la equitación tipo polo, tipo campo, tipo gaucho o cuarto de milla. Hay sólo dos maneras de andar a caballo: bien y mal.

Los caballos del mundo reaccionan a la pierna siempre igual, reaccionan a la sensibilidad de la boca siempre igual, lo mismo que al peso del cuerpo. Es como manejar una videocassetera, siempre que diga FF es para adelante y cuando dice REW es para atrás. En los caballos ocurre lo mismo.

No digo que esto que incorporé haya sido una evolución ni una involución, solamente cambié. Adopté un sistema que me da más resultados cuando los otros no tanto ni tan seguros.

En segundo lugar, busqué alternativas para aquellos caballos que me salían cornetas a pesar de usar técnicas como el toque en la cabeza, mostrarles el rebenque, la cachetada o hacerles señas con la puntita Reconozco que muchas cosas que hacía con el método tradicional de doma me salían mal no porque estuviera mal la técnica sino mi forma de montar. Yo pensaba que porque venía de las jineteadas y no me caía de los caballos sabía andar, pero ésto no es así. Me enseñaron a sentarme, a usar el cuerpo y me dieron otra opción antes de darle un golpe al caballo.

Me complicaba la vida mostrándole el rebenque al caballo para que doble, y el día que quería revolear un lazo, en el caso del polo, el taco, tenía que convencer a mi caballo de que no le iba a pegar más, después de enseñarle que cada vez que levantase el brazo debía doblar.

La técnica de la equitación europea me enseñó a utilizar, en principio, las dos manos para acomodar la cabeza en su lugar, con una rienda lateral interna, en lugar del rebenque. Con el tiempo, utilizar las piernas para impulsar al caballo con una rienda externa que lo lleve y lo impulse, para que los caballos doblen. Finalmente, los caballos doblaron sin sacar la cabeza hacia afuera, porque cuando apoyaba la rienda externa para llevar al caballo para el lado interno, malcornaba al caballo de alguna manera hacia afuera, porque acortaba esa rienda. Era ahí cuando tenía que mostrar el rebenque para que ponga la cabeza nuevamente en posición.

Lo que logré utilizando las dos manos, fue que los caballos se adaptaron a un lazo bastante más rápidamente.

Después me enteré por algunos alumnos que vinieron a los cursos que doy, que pudieron taquear bastante rápido los caballos sin ningún problema de adaptación, y los caballos no se abrían de la bocha por asustarse del taco. Por estas razones, en este tema me pareció que habíamos ganado una batalla.

Como dije, la equitación es una sola, y se anda bien o mal. Cuando me preguntaba por qué se me afirmaban los caballos, el primer errado en que me ocurriera ésto era yo, porque me afirmaba y me transformaba en el gimnasio del caballo.

Para evitar ésto utilicé algunas cosas de los americanos que estudiaron. varias opciones para la preparación física y técnica del caballo, que es tan importante, aunque mucho más será la técnica de quien va sentado arriba.

Un gran caballo com La Marsellesa, montada con alguien que no sabe andar, probablemente va a realizar un gran esfuerzo para ser el gran caballo que es. Y no es el problema de la yegua, sino del que tiene arriba.

Por eso digo que la técnica es la suma entre el que va sentado (que sepa andar, no del que no se cae) y el caballo que tenga la técnica de parar, arrancar, dar vueltas y cambiar de manos, sumado a la preparación física.

En nuestros caballos toda esa técnica es importante, pero mucho más lo será la preparación que ofrezca, una buena elongación de tendones, músculos, flexión de nuca, cabeza y cogote. En ésto es en lo que más hincapié hacen los norteamericanos.

No digo que lo que yo hago sea la doma americana, pero es una doma que evoluciona, cambia o mejora, partiendo de la doma tradicional.

Una forma de hacer las cosas tratando al caballo de la mejor manera, no como un enemigo, sino como un amigo nuestro, y pensando en que cada uno de nosotros desarrollará lo mejor posible su equitación.

Con estas tres cosas está todo dado para lograr el gran caballo. Todo ésto es, a mi criterio, el ABC de la doma.

Hay dos detalles en la flexión y elongación en los caballos deportistas como los de polo. Como en el fútbol, cuando antes de los partidos los jugadores hacen un trabajo de calentamiento que le permiten elongar y estirar los músculos con el único fin de evitar lesiones como los desgarros, el caballo debe realizar un serie de movimientos. La flexión de nuca, de cogote, de riñón y la apertura y elongación de los músculos de la articulación escápulo-humeral.

Otra recomendación, sobre todo para aquellos que tienen caballos con problemas de elongación, es trabajar en las orillas de las lagunas, ésto hace que levanten mucho las manos, que estiren y que trabaje más el tendón de la mano y de la paleta, que finalmente le dará un alcance de manos y de patas mayor. 

El caballo duro es en general un animal rígido, es cierto que uno ve desde los primeros galopes si será duro o no, o si va a tener problemas para frenar o no. Estas cosas se pueden ver en la morfología del caballo, en su estructura física y muscular, que hace que sea duro o no.

Hay caballos que son desproporcionados adelante, con una paleta sobredimensionada y con un posterior muy chico, que hará que estén siempre hacia adelante y que no se los pueda llevar para atrás para poder trabajarlos en las patas o al menos les será difícil lograrlo.

Esto es morfología pura, como un cogote cargado o demasiado largo, que provocan rigideces en la conducción, por la pelea contra el levantador o el freno de quien lo está parando, haciendo trabajar al cogote.

Así, cuanto más trabaje esa zona, más musculatura desarrollará el caballo, y por consiguiente se volverá rígido de cogote.

Por eso se los tira de la boca para quebrar las rigideces, sensibilizando las encías. Yo propongo en vez, flexionarlos y trabajarlos, sin darles la posibilidad de afirmarse cediendo a los tirones para volver a tomar las riendas. El que está equivocado es el que se afirma en las riendas. En lugar de dejar que se afirme, le entrego la rienda y lo traigo de vuelta.

El caballo seco de boca pienso que se produce por la utilización de frenos rectos que apretan la lengua y hacen que se pongan morada y se duerma, por ello dejan de funcionar las glándulas salivales y se pierde sensibilidad en la boca, lo mismo que nos ocurre a nosotros con las piernas cuando estamos mucho tiempo sentados sin moverlas.

Respecto al freno, lo único que nos diferencia con Güiraldez, es que él, arranca con bocado, y yo con hociquera, pero después pongo el freno.
Una maña que me dio un gaucho, es que ahora hay embocaduras que vienen con cobre. Parece ser que el cobre en contacto con el hierro -no frenos cromados que no sirven, más allá de que sean lindos- produce una pequeña corriente que da un sabor que le agrada al caballo. Si no se consigue este freno, puede envolverse la parte superior del freno con hilos de cobre, lo que hará que el caballo salive inmediatamente.

Un problema de muchos caballos, es que sacan la lengua por arriba del freno, aquí la maña consiste en atar un hilo desde el puente del freno hasta arriba de la nariz, esto no produce ningún dolor y sólo es necesario por dos o tres días.

En cuanto a las edades, pienso que hay una edad para empezar a amansar a los caballos y otra para comenzar a domarlos. Amansarlos es iniciarlos en el contacto con nosotros y domarlos es pensar en enseñarlos con movimientos de arriba y de abajo.

Los caballos entre los 18 y los 24 meses posee una gran capacidad para aprender, similar a los chicos entre los 4 y 5 años, que pueden aprender cualquier cosa que uno les brinde. Pareciera ser que con los caballos ocurre algo similar.

Por ésto, los europeos hacen una primera doma en esta etapa, pero físicamente el animal no está preparado para soportar un entrenamiento intenso. Esto porque hay distintas partes de su cuerpo que están en desarrollo.

Por eso en una primera parte, hago mucho trabajo con rienda abajo. Antes de montar le enseño a parar, recular y doblar.

Esto en un caballo de 18 a 24 meses es muy fácil, porque lo asimila rápidamente. Pero entrenarlo fuerte de ahí en adelante no es bueno porque es muy fácil que se lesione y tendremos menor vida útil de ese caballo.

Por tal razón hasta los tres años no recomiendo realizar la segunda doma.
Los tiempos de doma son difíciles de poner porque hay distintos niveles de exigencia y por consiguiente distintos tiempos.

Hay caballos primarios, secundarios y universitarios. Un caballo del Abierto de Palermo es universitario y tendrá una dedicación mayor, porque aunque asimile más rápido el aprendizaje, le brindaremos más cosas.

Igualmente, los tiempos normales son entre 60, 90 y hasta 120 días de trabajo efectivo. Lo importante es la cantidad de veces que montemos. Entre lesiones y descanso, uno andará al caballo cada tres o cuatro días. 

Se lo puede andar todos los días, pero debemos tener a la persona que lo monte todos los días y un suplemento alimenticio para que el caballo aguante físicamente semejante esfuerzo. En cuanto al tema de las espuelas, las utilizo porque son una ayuda de la equitación del mundo.

Pienso que los caballos tienen que tener impulso, sino es como tener un caballo sin acelerador. Pero usar espuelas con pinches o con puntas, pienso que es agredir al caballo gratuitamente y puede producir el corcovo. La espuela es una ayuda y la utilizo como tal, por eso quito los pinches y coloco en su lugar una moneda.


LORENZO GÜIRALDES

A manera de síntesis para aquellos que no me conocen diré que me inicié en el campo de mi padre en San Miguel del Monte, donde con mi hermano mayor comencé a domar desde los nueve años.

Mi aprendizaje continuó junto a Alejandro Staudt, un gran amigo, que me llevó a las jineteadas, pero con quien disiento mucho en su sistema de doma.

En la jineteada duré 24 años. Considero que permanecí tanto tiempo porque Dios me dio la suerte de ser de los buenos y tener la suerte de no padecer ningún accidente grave, sólo por eso.

En 1977, estando en mi mejor momento de jineteada, un señor llamado Orlando Gargiulo, me insistió para que me dedicara a la doma hasta conseguirlo, y un año más tarde formamos una sociedad con Carlos Ulloa, y así nos largamos a domar unos caballos de los Duggan.

Tuvimos bastante suerte, como que logramos domar un caballo que venía de otros dos domadores y que realmente había que jinetearlo de verdad y luego se vendió a Colombia.

Porque en ésto, algunas cosas deben tomarse con pinzas. A veces se dice "no se les pega, no corcovea", y no es tan así. Aseguro que muchísimos caballos de polo se han domado en Argentina, porque hubo "señores hombres de a caballo" que cuando les corcoveó un caballo no los tiró.

Desde 1979 continué sólo, domando exclusivamente para el polo, en una estancia llamada San Martín, en Necochea, donde encontré una cría excepcional, con un gran padrillo y los resultados fueron muy buenos, lo cual me motivó.

Porque en ésto hay dos caminos. Cuando los resultados son buenos -el petisero, el jugador, el comprador-, a uno le dan ganas de continuar. Cuando los resultados no se dan - el petisero es malo, no lo saben jugar y el que lo compra no sabe montar- uno se siente muy mal.

Continué en Monte, domando también para polo, pero para mí, no para terceros, y desde 1992, tengo un centro de doma para terceros en Pilar.

El sistema que yo aprendí, con el correr de los años, sólo lo perfeccioné un poco.
Lo que dice Hardoy de la equitación es una gran verdad.

Además, hay otra afirmación. Al domador de polo le tiene que gustar el polo, digo ésto porque uno así hace mejor las cosas que no son más que una etapa de un caballo que pasará luego a la escuela de un jugador y toda una trayectoria que tendrá hasta llegar a la madurez.

Cualquiera de nosotros se puede encontrar con un hombre de campo, que esté orientado por el camino mío o de Hardoy, pero si no le gusta el polo es muy difícil, porque no se mentaliza en domar con los movimientos de este deporte.

Será distinta la forma en que el caballo reduce, para, y hace los cambios de ritmo.
Por ejemplo, cuando a un caballo se lo somete a un ritmo intenso, debe terminar con un ritmo más lento. Porque si uno trabajó intensamente al caballo y de golpe lo llevamos a los palenques a desensillar, ese animal queda rayado. Y muchos de los caballos que me toca domar en estos momentos son de gran categoría y están al límite de rayarse.

Por eso afirmo que si no nos manejamos con feeling de precaución cualquiera está a punto de rayar a cualquier animal desde la doma. Hay veces que no lo raya el jugador, después al petisero le cuesta un triunfo, y finalmente se lo mete en la cancha porque hay que jugarlo, pero ya se entra con un rayado.

El tema es que hay que manejarse muy bien con los códigos que tiene el polo.
Hay que saber en qué espacios uno se mueve y la categoría de los caballos, si son para polo de 22 goles, de 30 o de 14. Esto es algo que personalmente ya lo puedo definir a los 14 o 15 galopes, por los movimientos del animal.

A mí me estimula el buen polo, por lo tanto sé que estoy tomando materia prima delicada y que no debo maltratarla para no dañarla.
Esto es lo que me estimula, me llama mucho más un caballo que se queda y juega la Cámara de Diputados o algún abierto, que uno de 20 goles que se va afuera.

Los pasos de mi doma, son los tradicionales, los mismos que usaron los hombres de Coronel Suárez o Santa Ana, en sus caballos o equipos anteriores.

Me siento conforme con este tipo de doma y no lo quiero cambiar, porque los Duggan, ya que les domé a ellos, los Cavanagh, "Charly" Menditeguy, los Heguy, los Dorignac, Héctor Merlos, todas esas personas de quienes nosotros hemos aprendido un poco a andar a caballo y a manejarlos, llegaron con este sistema, que lo voy a cambiar!...

Hablo en lo personal, no digo que ustedes no puedan cambiar o un paisano que uno emplee en el campo, yo aprendí este sistema y me da resultado así. No lo puedo cambiar, porque a veces tengo miedo de cambiar, porque de la otra manera me siento muy seguro.

Le coloco el bocado al caballo desde el primer día hasta que llega al momento del freno y sé que no lo maltrato, porque tengo mi punto.

Primero voy al campo donde están los potros, no tomo un potro sin verlo, salvo muy raras excepciones, que corre el riesgo por el propietario. Me gusta ir a verlo, pero no para descartarlo sino para charlar con el propietario.

Además, les doy uno o dos galopes porque hay caballos que uno los ve sueltos, se mueven de una forma y luego los montamos y se mueven diferentes, puede ocurrir que nos gusten más o menos.

En ese momento uno ve el aplomo, las patas, el cuello, que es muy importante observar ahora por el tema de los costos.

Hoy tener un caballo en el campo tiene costos mucho más altos, traerlo en temporada a Buenos Aires, cuesta un disparate. Entonces tenemos que ocuparnos desde el principio. Antes era meterlo en el corral, domarlo, y no importaba lo que salía.

Ahora hay que elegir bien para no equivocarse.
Parte del método que utilizo, consiste en motarlos dentro de un corral chiquito, les hago un manea redonda primeramente. Estos caballos son palenqueados. Los manejo con códigos que yo tengo de como lo hago y que es necesario verlo para entenderlo y ya los largo a un lugar amplio para galopearlos.

Mis caballos no salen ni disparados, ni corcoveando, ni se llevan nada por delante, salen de galope, salen bien. Afortunadamente los caballos me salen derechos desde un primer momento, es algo que alguna vez le propuse al presidente de la AACCP, para hacerlo en Palermo, donde yo monto un potro de la cría de cualquier persona y a mí me sale galopeando con la derecha.

Esto es porque acomodo al caballo para que su primer movimiento sea con la derecha. Obviamente esto es necesario porque en el polo se le pega a la bocha del lado derecho, que el jugador tenga que tener recursos para ir a una pelota de revés, eso es un recurso de las reglas del juego, pero el jugador cuando se acomoda quiere pegar del lado derecho. 

Por lo tanto un caballo tiene que ir para pegar con la mano derecha, sobre todo cuando uno doma para gente que juega atrás, que es diferente al caballo de un delantero.

En estos momentos tengo caballos de jugadores que juegan en el medio, adelante y de back, y aseguro que cambia muchísimo, no en la esencia de la doma.

Pero, si me sale un caballo con chispa es para un número 1, el caballo para el back debe ser diferente obviamente porque hace otro juego, por eso, como se dice vulgarmente ya no me la creo, pero si llega Ernesto Trotz, para que le dome un caballo, no tengo que domarlo imaginando que soy Adolfito Cambiasso.

Por eso, quien doma debe entender d polo, según mi manera de ver las cosas.
Es muy importante a quién le domamos, qué petisero tiene la persona a la cual le domamos, la cría, y qué mano tiene el cliente.

Aquí no hay reglas matemáticas, debo domarle a dos personas que tienen formas distintas de jugar, y mi doma deberá variar en algunos aspectos. El ABC seguirá siendo el mismo, los códigos, no.

¿Cómo se va adelantando al caballo en la doma? Se realiza con un trabajo de polo. Redondilla, trabajo en conjunto. Siempre trabajo con un ayudante.

Me gusta trabajar mucho de punta, por eso cuando estoy terminando un caballo lo hago a un buen galope, y a mis ayudantes, que van en caballos menos iniciados en la doma, más lentos.

Soy muy respetuoso de que los caballos conozcan las vacas, de que las pechen, de embreten terneros, pero los caballos que estoy intentando domar, no van a pechar vacas, ni van a enlazar, van a jugar polo argentino.

Todo lo que hace a los tiempos de evolución del caballo es muy variado, porque hay caballos que son precoces y otros que no lo son. Algunos se doman con muy poco que uno les dé, y en otros hay que dejar todo para domarlos.

Otra parte de la doma es la del freno. Yo utilizo el freno coscojero. Es un freno que me gusta, estoy muy seguro de usarlo porque me da muy buenos resultados. No veo inconveniente en que después de tenerlo un tiempo con freno se lo pase a levantador, pero creo que el freno es bueno.

Con esto no quiero decir que de la doma del bocado lo pasemos al filete y levantador y sea malo, ocurre que hablo de mi experiencia.

Ésta es una etapa delicada, suave, de mucho cuidado. Hay muchas formas de tirada de la boca. Todo dependerá del problema con que nos encontremos.
A la décima montada tengo que tener bien en claro si lo tiro o no. Si opto por no hacerlo es porque me encontré con un caballo de una hipersensibilidad natural por lo que tengo que hacer que aprenda todo lo demás sin perjudicarle lo que naturalmente tiene que es la sensibilidad.

El caso contrario es cuando frena pesado, no frena en el momento indicado o tiene tendencia a ponerse más duro. Antes de que esto ocurra, lo tiro.

¿De qué manera? Lo hacía en el piso, apulso, con tres o cuatro personas más. De esta manera me perjudiqué la cintura, así que ahora lo hago con un caballo, que no es fácil conseguir ya que debe ser muy manso y muy justo, y que me mantenga la tenida. Hay que tirar y mantener todas las riendas tensas; en el momento que patea y manotea para todos lados, se suelta todo.

Se lo tira de un lado y otro. Cuando los paro, los invito a recular y van atrás sin dudar, porque se quedan con una gran sensibilidad.

Soy respetuoso de los que no usan rebenque u otras cosas, pero sin querer herir a nadie, pienso que hay momentos en los uno debe poner una cuota de rigor, sabiendo a que apunta y en el momento adecuado.

Ocurre como a nuestros hijos, hay momentos en lo que debemos retarlos y otros en los que nos alcanza con aconsejarlos.

Otro tema importante es que recule un caballo, sobre todo en los de alto handicap, ya que el jugador muchas veces no sabe hacia donde va a girar y le exige al caballo ese medio paso hacia atrás y cuando tiene las manos en el aire le dan la orden de girar.

Después practico mucho el revoleo del taco, que pienso es un punto muy importante.
Pienso que lo importante en la manera en que trabajo es que los caballos no salen jugando con miedo, porque no desconocen el trabajo en grupo; además, en el lugar donde estoy, en temporada hay mucho movimiento y el solo hecho de que mis caballos se crucen con toda esa gente hace que se vayan acostumbrando a cómo será su vida en el futuro.

Lo malo es dejarlos estar, cuando empezamos a trabajar con el revoleo luego de enfrenarlos, cuando lo trabajamos de punta después que el domador ya hizo todo su trabajo. Ahí surgen más problemas, porque la paciencia del petisero seguramente no será la misma que tuvo el domador, que los siente como un hijo.

Luego están las cosas como andarlos con montura., con vendas en las manos, con la cola atada, etc. Sé que son pavadas, pero al fin de cuentas, importantes.

Tiro de la boca, no a todos los caballos. Pero lo hago porque lo aprendí de esa forma. Con esto no creo que deba interpretarse que hay un enfrentamiento entre Hardoy, yo y otros domadores.

Muchas veces no ando ni con bozal, directamente con el bocado y a cabeza pelada, y todas las correcciones las hago desde la boca.

Cuando un caballo sale seco de la doma o al poco tiempo, la culpa indudablemente es del domador.

La barbada demasiado apretada es muy difícil que se vea en el alto handicap, pero común en el mediano y bajo. Es un error andar con la barbada apretada, incluso en el alto handicap son pocos los que juegan con freno porque deben tener un feeling muy especial, la mayoría utiliza filete.

La rotura y pasada de lenguas, las bocas recalentadas y las barras lastimadas, en el tiempo de doma, son culpa del domar, y del jugador, si el caballo fue bien entregado. En este último caso seguramente se usó la barbada demasiado apretada., porque el freno en lugar de ponerse en la comisura se usó en la punta de los dientes, etc.

Entonces es importantísimo que la barbada no vaya rígida por la presión de para, puede ir un punto más apretado. Pero en general los jugadores de bajo y mediano handicap, cuando deben afrontar un partido difícil cometen este error.

Debe tenerse en cuenta que lo importante no es la palanca que hace el freno sino la orden. La doma que hago tiene un tiempo de trabajo, llega un punto en que el caballo comenzará a pedirme el freno, antes de ese punto trato de ganarle tiempo al tiempo. Normalmente se paraba al caballo, se enfrenaba y después lo andábamos, quiere decir que le quitábamos training.

Ahora en cambio no le corto el training, lo sigo trabajando, ya sé que para. Le hago todo este trabajo como complemento de la maduración y lo voy enfrenando en el corral. ¿Cómo? Le coloco un frenito coscojero, aconsejo hacerlo en un corral de palos o hasta un box. Si se tiene pocos caballos, lo enfreno con el freno sin barbada.
Después le pongo el freno, con barbada y riendas largas. Ocho veces pongo el freno, cuatro sin riendas y cuatro con riendas, pero todo ésto sin dejar de trabajar al caballo.

Si comparamos un caballo del Oeste con los de la Cuenca del Salado, los primeros, a los dos años y medio, ya parecen tanques y los otros, unos perritos. Por eso hay que tener en cuenta qué es lo ideal, y qué lo real.

Mi tiempo de doma es de seis meses. Pero hay algunos caballos que son precoces y los puedo entregar a los cinco meses. Eso si, ya los tomo palenqueados y con eso ya gano bastante tiempo.


ALBERTO PEDRO HEGUY
En mi lugar debería estar el Señor Tito Lezcano, pero ante su ausencia la a AACCP le pareció interesante que yo les pudiera brindar las cosas que aprendí junto a él, y enriquece mi exposición con sus conocimientos, así que hablaré de cosas comunes a ambos.

Antes que nada quiero aclarar que como los conocimientos de Lezcano son totalmente empíricos, los va corrigiendo con cada caballo año a año.

Lezcano comenzó a trabajar con mi padre en 1947, a los 16 años, cuando yo tenía 6 y mi hermano Horacio 10 años.

Cuando yo empecé a estudiar alimentación en la facultad le pregunté a "Tito", cuánto daba de comer a los caballos en temporada de polo, y él me contestó, tantos jarros, una penca, etc.

Fui a ver de qué se trataba, qué era un penca, lo pesé. Tomé la tabla de valores de alimentación, lo comparé y coincidentemente no había grandes diferencias con lo recomendado en los tratados técnicos.

Estimativamente, él les da 3,5 Kg (6 litros) a la mañana y 3,5 a la tarde de ración de avena, y 1 Kg de pasto seco de alfalfa a la mañana y 3 Kg a la tarde (1 penca) dependerá del trabajo que le ha hecho a cada caballo, de como fue la semana, si llovió o no, y a su sensibilidad.

Esto último lo agregó porque muchas veces predice enfermedades en los caballos antes de que muestren algún síntoma. Cada caballo es un individuo y hay que cuidarlo individualmente. Ahí está la diferencia entre el buen cuidador y el cuidador en general.

Un día de él, por ejemplo el lunes, comienza a las 4 de la mañana, de la ración, y a las 6:30 sale a varear una hora de caminada y trote, alternando cada 10 minutos. Si se jugó un partido intenso durante el fin de semana el vareo se reduce a 15 ó 20 minutos.

El vareo es de tiro, cada petisero con unos seis caballos, y van montados en el caballo que esté más pesado.

Se vuelve a las caballerizas, se limpian los boxes y los caballos, se les da agua y se los vuelve a soltar. Ahí terminan la ración, porque muchos no comen todo antes de que se los saque a varear.

Después de almorzar salen nuevamente a varear otra hora. En ésto se varió mucho de la época de Coronel Suárez y Santa Ana, a estos días. En aquella época se vareaba más y ahora se los monta mucho más. Un poco porque han cambiado los petiseros y otro porque cambiaron los jugadores, desde el polo profesional de ahora, donde está mucho más tiempo dedicado a los caballos y montar, a la época nuestra en que teníamos menos tiempo y generalmente petiseros mucho más sacrificados que ahora.

Entonces es mucho más fácil montarlos, que el vareo de tiro que es muy rutinario, muy aburrido, muy cansador y mucho tiempo.

Después, cerca de las 4 de la tarde se les da agua nuevamente y, a las 5, la segunda ración. Generalmente se los deja embolzados y cuando salen a caminar ya hay alguien que limpia las camas, por lo menos saca la bosta del box.

Se los deja comer y se les da agua nuevamente. Esto siempre que no se tenga agua permanente en el box. Esto es porque hay que darles agua muchas veces en el día y es algo que algunos petiseros se olvidan.

El martes, por la mañana se hace lo mismo y se montan los caballos que no han jugado. Por la tarde, se hace nuevamente vareo o van los jugadores a taquear. La montada dura entre 12 y 15 minutos por caballos.

Los miércoles, por la mañana se repite lo mismo que los días anteriores. Por la tarde, con los jugadores, corrida o taqueo, también de 12 a 15 minutos. La corrida consiste en unos 2000 metros, hasta la mitad de cancha a toda velocidad, y luego al 70%. 

Este trabajo lo hacemos con jugadores totalmente hechos de polo, 4 o 5 canchas ida y vuelta, soltando a correr a voluntad en la mitad van casi con todo, y se comienzan a sujetar poco a poco desde unos 70 metros del final, se vuelve y se largan a comer nuevamente.

El jueves se hace lo mismo que en las mañanas anteriores, con práctica por la tarde.

El viernes, una vez más, vareo o taqueo, pensando en los partidos del fin de semana.

Este esquema es para los caballos de jugadores de alto handicap; para los de mediano y bajo, la mayoría de los petiseros obvian el vareo de la mañana y se reduce la ración restando, un kg. de avena se es de mediano y dos Kg. si es de bajo (por día).
El sábado, si se juega el domingo, algunos jugadores prefieren hacer una práctica corta. La alternativa es una corrida de seis canchas ida y vuelta, que equivalen a algo mas de 3000 metros en forma similar a los miércoles.
La idea es que la alimentación y el entrenamiento deben estar en equilibrio. Hay un axioma que dice que el caballo en el entrenamiento no debe ganar ni perder peso.

El domingo, no es muy común pero en los partidos bravos como final de Hurlingham o semifinal y final de Palermo, se hace sacar los caballos a darles aire.

Salen a las 7 de la mañana, en pelo o con na goma pluma y un frenito, y dan dos o tres vueltas a la cancha, con un final de unos 300 metros a voluntad con el caballo corriendo bien. En total serán unos 1500 a 1800 metros. En noviembre, a las 12, se les ofrece agua y luego no se les da hasta la hora del partido.

Cuando juegan dos o tres chukkers, en noviembre o en diciembre, que hace mucho calor, entre chukker y chukker, se los baña y se les ofrece agua. Uno, en ese momento que se está jugando, tiene miedo a que se tomen todo el agua, pero lo cierto es que casi no toman y varios ni la prueban.

Hasta aquí, la parte esquemática que emplea Lezcano, aunque los maneja de acuerdo a cada caballo y a su sensibilidad.

Uno ve este esquema y no hay secretos, todo está en sus conocimientos. Existen recursos veterinarios que obviamente dependen de un profesional y se hacen estudios mucho más complejos que en nuestra época. Pero nunca hay que creer que el tratamiento de un veterinario que reemplace al entrenamiento y a la buena alimentación.

Qué pasa cuando un caballo deja su ración? Siempre dábamos una droga para abrir el apetito. En estos años han descubierto un secreto de curandero, que Lezcano lo usa, que consiste en espolvorear la ración con la yerba usada. Esto es ingenioso, muy fácil de hacer y da muy buenos resultados.

Estudié de donde podía venir ésto, y en los libros viejos de farmacología hay un capítulo que se llama "sustancias amargas" y tónicos amargos, que se referían al café, al mate, a la coca, etc, que tiene un efecto sobre los jugos gástricos e intestinales, activando a los movimientos peristálticos que hacen a una parte de la digestión. Empíricamente, con la cebadura del mate han logrado lo mismo.
Directa o indirectamente, Lezcano ha ganado nada menos que 52 Campeonatos Argentinos Abiertos, contando los caballos que él preparó y que enseñó a preparar (Antonio Heguy, hijos y nietos).

Pero ante todo, vale aclarar el sistema de Lezcano, que se entienda que este esquema no se aplica siempre.

Cuando Indios Chapaleufú ganó su primer campeonato en 1986 y el lógico favorito era La Espadaña, Lezcano, por la mañana, antes de la final, en charla con mi hijo Eduardo, le comentó que si no ganaban esa tarde no ganaban más.

Obviamente, Eduardo lo miró un tanto escéptico, y Lezcano le contó su trabajo: "Me levanté a las tres de la mañana y desperté a los petiseros y ayudantes. A unos les dije que tomaran unas yeguas y les dieran tres vueltas a la cancha, a otros que dieran dos, a otras que no las tocaran, y al último grupo que las vi más caídas les atraqué la jeringa".

Finalmente, predicción o no, no niego que mis sobrinos jugaron aquel día muy bien, pero debe reconocerse que los caballos tuvieron una gran importancia y Lezcano, con su manera de apreciar a cada caballos acertó en su vaticinio y tuvo mucho que ver en ese triunfo que nadie creía.

En cuanto a la alimentación ha cambiado con el tiempo. Lezcano, primero daba la penca de pasto -3.5 Kg. de alfalfa- a la tarde. Ahora, por la mañana, cuando vuelven los caballos le agrega 1 Kg. más aproximadamente (1/3 de penca).
Comparado ésto con las tablas de alimentación, está un poco excedido en proteínas. De 800 grs. que se indica, les da 1.100 grs. a 1.200 grs.

En 1969, para la Copa de las Américas, le di a los caballos de Horacio Heguy, pasto de gramínea en lugar de alfalfa y los caballos anduvieron extraordinarios. Pero se dejó de dar porque el caballo ensucia mucho más la cama, por una cuestión de orden práctico y de respeto a la idiosincrasia del petisero.

Pero es muy común y varios años atrás mucho más, que los jugadores argentinos digan que la avena inglesa es excelente, ya que les da mucha más fuerza a los caballos que en la Argentina. Particularmente, pienso que la diferencia en Inglaterra, está en que les dan el pasto que cortan en el parque, que es gramilla, ryegrass y cebadilla. Por eso creo que vale la pena probar, más allá del apuntado problema de orden práctico. Lino, afrecho (proteínas) se les dan a los caballos cuando están parados por alguna lesión, pero como rutina no lo damos.

Los anabólicos los damos sólo dos veces al año y no en gran cantidad como se cree; en tanto, las vitaminas sólo se dan una o dos veces por mes durante la temporada, por miedo a alguna sobrecarga hepática.

Otro tema es el de los caballos que comienzan bien un chukker y que en la mitad se secan y pierden la boca. Un poco ser debido a la doma, pero mucho tiene que ver con el entrenamiento. Se secan porque se cansan, pierden la sensibilidad en la boca, la capacidad de obedecer y no para.

El esquema que yo di es para buenos caballos de polo, hay otros que se pueden trabajar en picaderos. Hay muchos caballos que debemos seguir trabajándolos durante la temporada, porque llegan crudos, con muchas fallas.

Los caballos de polo los hago totalmente de campo, afortunadamente, en la zona de La Pampa se crían muy fácil por el clima y el suelo. Los caballos que he tenido que hacer dándoles ración me dieron mucho más trabajo están un poco sobre excitados. 

Por eso, lo ideal es alimentarlos lo más natural posible.
Espero haber transmitido parte de lo aprendido durante estos últimos 47 años a la par de Tito Lezcano.

Autores: Martín Hardoy, Lorenzo Güiraldes y Alberto P. Heguy
Publicado en el Anuario 1994 de la AACCP
cortesía de: 
www.produccion-animal.com.ar

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