JUJUY Y LOS SUEÑOS DE LOS AGENTES DE VIAJES

Mientras la Dra. Karina Barreiro, especialista en derecho del turismo, analizaba para la concurrencia al Congreso de AAAVyT en Jujuy, el viernes 9 de mayo, los detalles de la modificación a la ley de defensa del consumidor relativos a las relaciones entre agencias de viajes y turistas, y la relevancia de la exclusión de las líneas aéreas en dicho régimen, los pilotos de Austral decidían si iban al paro en respuesta a los últimos acontecimientos en materia de transporte aerocomercial en el país.
En la tarde del sábado, mi curiosidad me llevó a preguntar a cuanto jujeño encontré, sobre el grado de credibilidad de tantas versiones sobre el desbarajuste que produjo el aumento de los flujos turísticos en la Quebrada de Humahuaca, potenciados por la declaratoria como Patrimonio de la Humanidad: mis interlocutores confirmaban una y otra vez que en la Quebrada faltan normas e infraestructura, dos componentes básicos previos a cualquier puesta en valor con fines turísticos, y que son evidentes las consecuencias negativas del auge turístico del destino.
A final de la jornada, la sensación de satisfacción por haber escuchado buenas disertaciones, establecido nuevos contactos y renovado vínculos profesionales mudó a preocupación ante la noticia de la confirmación de la medida de fuerza de los pilotos de Austral.
En la mañana del sábado, como un acto reflejo, en el lobby y los pasillos cercanos al salón de las disertaciones del Hotel Altos de la Viña –donde el representante de Amadeus explicaba cómo enfrentar los cambios, después de que otro experto de Dale Carnegie Training, expusiera sobre los principios del compromiso de liderazgo- pululaban los participantes del congreso, directivos de AAAVyT y periodistas, celular en mano, intentando resolver el regreso a casa.
Después de un par de infructuosos intentos por obtener alguna información sobre los vuelos, tomé un taxi rumbo a la estación de buses de Jujuy, donde alcancé a comprar el último pasaje que quedaba en el servicio Jujuy-Retiro de Flecha Bus para las 15:30.
Allí, deambulando con mi valija por oscuros corredores, buscando un bar decente –que no hallé-en el cual esperar a que se hiciera la hora de partir, aspirando el vaho a fritanga y esquivando chiquillos que mendigaban y feriantes que ofrecían CDs y DVDs truchos y baratijas chinas, repasé los temas que habíamos abordado en el Congreso, dedicado a la calidad y al profesionalismo, que chocaban con lo que veían mis ojos en la terminal de buses de la capital de una provincia turística, a la que había llegado como única alternativa ante el paro de una línea aérea ! Los temas tratados habían sido de actualidad, oportunos para el momento que vive el sector de los viajes y el turismo, y de interés diverso: cada disertante había puesto lo mejor de si para cautivar a la audiencia y hubo buen nivel en las preguntas del público, entusiasta y participativo.
Al fin y al cabo –pensé- un congreso de agentes de viajes debe tener pertinencia temática, y el de la AAAVyT lo había tenido sobradamente. Subí al coche cama preguntándome si en otros ámbitos -en los que corresponde- están (estamos) intentando responder a otros interrogantes: cómo saltar de la precariedad a la competitividad; cómo alcanzar los objetivos del milenio de Naciones Unidas; cómo sortear los enormes obstáculos que nos impiden realizar el sueño del desarrollo sostenible, tales como la falta de infraestructuras, un espacio público denigrado o apropiado ilegalmente, la crisis de la educación o la inequidad en la distribución de los recursos…